Fotos: Tomadas de La Jiribilla
Otredades es el título de la muestra personal
de Moisés Finalé (Cárdenas, 1957) que
hasta julio próximo acogerá la capitalina galería Villa Manuela, de la Unión de
Escritores y Artistas de Cuba (Uneac).
Con curaduría del propio artista,
la exposición nos propone un interesante acercamiento al más reciente trabajo desarrollado
por el pintor, escultor, grabador y dibujante, figura destacada en el panorama visual
cubano de las últimas décadas.
La propuesta tuvo como punto de
partida un conjunto de piezas tridimensionales, suerte de petos inspirados en la
conocida prenda de vestir empleada por los soldadores para protegerse del calor
y las chispas, en cuya concepción y ejecución hayamos puntos de contacto con las
esculturas blandas de la francesa nacionalizada estadounidense Louise Bourgeois
y la pintura “El soldador” (1977), del cubano Adigio Benítez; obra perteneciente
a la Colección del Consejo Nacional de las Artes Plásticas, y que curiosamente puede
ser apreciada por estos días como parte de una muestra en la sala El reino de este
mundo, de la Biblioteca Nacional.
“Máscara”, escultura en madera. |
Con su reconocible estilo, Finalé se adentra en cuestiones personales y colectivas estrechamente vinculadas a la realidad nacional más inmediata. Ora interesado en lo puramente subjetivo, con piezas dedicadas a sentimientos o estados anímicos, ora centrando su atención en cuestiones vinculadas con la migración, la religiosidad popular y expresiones artísticas como el ballet o la escultura ritual africana.
El símbolo que las agrupa puede
antojársenos oscuro, críptico. Utilizamos el peto para proteger de agresiones externas
zonas corporales sensibles y vitales. Sin embargo, no hay enajenación en las piezas
de Moisés; el peto no actúa aquí como una barrera aislante. Antes bien, lo que en
un primer momento es empleado para separar, proteger, salvaguardar, se transforma
en espejo y reflejo, en un mapa horadado por los tenaces fuegos de una identidad,
de un devenir signado por la fe, la migración, el culto a los muertos, el eclecticismo
y la belleza.
A los petos se suma un amplio conjunto de huecorrelieves en madera, ensamblajes
y pinturas matéricas que insisten en los temas antedichos o proponen acercamientos
al cuerpo femenino, las prerrogativas de la abstracción y las atmósferas cotidianas
de una ciudad ruidosa y viva. Especial atención merece la instalación “La vendedora
de amores”, cuya puesta en escena incorpora una pieza musical compuesta por Emilio
Martini, quien habría de inspirarse en los pregones que, para gusto o exasperación
de los vecinos y transeúntes, resuenan en las calles habaneras. Antes, el aguatero,
el pirulero, el manisero, el frutero; hoy, los vendedores de bocaditos de helado
o los compradores de frascos de perfume vacíos y cualquier pedacito de oro. Nuevamente,
la realidad, y es que no hay otredad en Otredades; la muestra habla de nosotros,
de lo que somos y hemos sido. Más que a lo ajeno, el título remite a otras manieras,
a otros motivos (la música, la escultura blanda, una pintura de Adigio) que, sublimados
por Finalé, han devuelto un conjunto de piezas novedosas dentro de su vasta producción
artística.
Aunque la concepción curatorial carece de una línea discursiva del todo coherente capaz de unir las diferentes piezas en un único discurso, la puesta en escena, a cargo del staff de la galería, establece vínculos entre ellas a partir de elementos iconográficos recurrentes. Al mismo tiempo garantiza la independencia de cada núcleo visual. Estamos ante una exposición donde cohabitan piezas tributarias al estilo desarrollado por Finalé a lo largo de su prolífica carrera con propuestas de muy reciente producción en la que figuran nuevos símbolos (los remos, por ejemplo), estableciendo nexos entre lo nuevo y lo ya conocido. Sea como fuere, Otredades nos ofrece la oportunidad para entrar en contacto con la poética de un artista, imprescindible dentro de su generación, que echa anclas a su entorno más inmediato y nuevamente nos convida al goce estético y la reflexión oportuna. Novedosa, sugerente, perfectible, vale la pena visitarla y disfrutarla.
amss/Tomado de La
Jiribilla
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo