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Desde hoy la pelota, para seguir ganando

 

Cuba ascendió al séptimo lugar del ranking mundial, luego del V Clásico

Granma y Matanzas, campeón y subcampeón de la pasada campaña, se enfrentarán en el Mártires de Barbados. Foto: José M. Correa

Son los retos los que engendran las hazañas, y Cuba vive, constantemente, pariendo esas proezas. Una de ellas fue la del Team Asere, que nos hizo regresar a la élite de los cuatro grandes en el V Clásico Mundial. Justamente esa cota signa ahora los derroteros de nuestra pelota, que hoy estrena la 62 Serie Nacional.

Tendremos una temporada de altísima responsabilidad, porque de ella va a depender que el beisbol mantenga la altura alcanzada en la cita mundialista. Será, además, una campaña atípica, por las demandas a las que estará sometida, pues está insertada en la preparación y, al propio tiempo, en la etapa competitiva internacional.

La Serie que arranca hoy tendrá en su camino a los Juegos del ALBA, en Venezuela, en abril; al Prepanamericano o Torneo de Las Américas, en México, y a los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador. La complejidad estriba en que serán los mejores peloteros de nuestro torneo los que asumirán esos compromisos sin detener el calendario.

Eso implica que hay que ponerle alma, corazón y vida a cada inning, a cada lanzamiento. La responsabilidad ahora no es de los jugadores que se insertaron desde las Grandes Ligas en el Clásico Mundial, o de los contratados por la Federación Cubana en otros circuitos, sino de los de casa, y de sus entrenadores. En otras palabras, hay que asumir el equipo Cuba desde cada uno de los 16 equipos de la 62 Serie Nacional.

Fue sabio, e igualmente será retador, cumplir toda la etapa regular sin paradas. Eso implica subseries de cinco encuentros y no de tres, las que habrá que desarrollar en cuatro días, por lo que una de esas jornadas obligaría a jugar doble, a siete capítulos. Esas fechas serán las segundas de cada cotejo, de manera que el esfuerzo no haya que hacerlo el primer día, después del traslado, ni el último, cuando se inicia la travesía hacia otra sede.

Para la etapa de cuartos de finales, semifinales y final se mantienen los play off de siete juegos, a ganar cuatro, y se realizarán tras el regreso del equipo que participe en San Salvador.

Por supuesto que la campaña tendrá incidencia en las aspiraciones en los Juegos Panamericanos de Chile, en octubre y noviembre próximos. No solo por el clasificatorio de mayo, sino que, en esa fecha, en plena II Liga Élite, los que estarán disponibles serán los peloteros más destacados de la 62 Serie, quienes, se supone, hagan el grado a la segunda versión del torneo llamado a convertirse en la cumbre competitiva de nuestra pelota.

Pero la 62 Serie Nacional no deja de tener otras pautas, una de ellas es la del regreso a estas lides de Alfredo Despaigne, el capitán del Team Asere, quien vestirá las franelas de sus Alazanes el mismo día inaugural.

En la previa de este día se ha hablado muchísimo de los juegos de noche, que requieren de un supremo esfuerzo del país, dada las situaciones que se han vivido con la generación eléctrica. Se ha anunciado que los estadios Guillermón Moncada, de Santiago de Cuba; Cándido González, de Camagüey, y Latinoamericano, de La Habana, están listos para ese empeño.

Sin embargo, Carlos Martín, director de la Serie Nacional, nos confirmó que no habrá ningún juego nocturno en la apertura, y que los días de doble programas, el primer partido comenzaría a las diez de la mañana.

Estamos ya en modo pelota nacional. No será la mejor liga del mundo, pero es la más importante, la que nos prepara para empeños mayores y la que tiene como supremo deber darle un bonito espectáculo al pueblo, principal destinatario y amante de esta pasión que llena los corazones de cubanas y cubanos.

 

NO ESCAPÓ, DECIDIÓ TOMAR OTRO RUMBO

Al redactar estas líneas conocimos de la decisión del lanzador camagüeyano Yariel Rodríguez de abandonar su contrato con el equipo japonés Dragones de Chunichi, el cual se estableció mediante la Federación Cubana de Beisbol. Se ha dicho que está en República Dominicana, aspirando a un equipo de las Grandes Ligas estadounidenses, y también que escapó de Cuba. Él ni ningún deportista cubano tiene que escaparse, solo con pedir su baja tiene. Cuba no es una cárcel, y en el deporte ha demostrado –la MLB es una de sus mejores muestras– que es formadora de atletas de élite, en el terreno y fuera de este.

Su decisión es otra de las consecuencias de la ruptura, por parte del Gobierno de Estados Unidos, del Acuerdo con la MLB, alcanzado en diciembre de 2018, mediante el cual los jugadores cubanos podrían ingresar en cualquiera de los 30 elencos de esa pelota. Quebrar aquella propuesta es alimentar el diferendo entre los dos países, porque la pelota pasa por las venas de nuestra nacionalidad. Es duro, sí, pero nada para a Cuba, porque ella seguirá ganando.

 

odh/Granma

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