Ilustración: Michel Moro
«Es demasiado grande la deuda del mundo con las víctimas del racismo. Otro mundo mejor es posible», aseveró Díaz-CanelNo debía pasar un día sin que algo se haga por eliminar la discriminación racial.
Justo este 21 de marzo, cuando por resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, hace 57 años se señala la fecha como Día Internacional por la eliminación de este flagelo, el Primer Secretario del Comité Central del Partido y Presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, escribió en Twitter que, para servir a este propósito, «debería ser todos los días».
«Es demasiado grande la deuda del mundo con las víctimas del racismo. Otro mundo mejor es posible», apuntó el mandatario.
La fecha se proclamó en 1966, en recordación de los hechos del 21 de marzo de 1960, en Sharpeville, Sudáfrica, cuando la Policía abrió fuego y mató a 69 personas en una manifestación pacífica contra las leyes de pases del apartheid.
Lamentablemente, las muestras violentas de intolerancia racista siguen ocurriendo en todo el mundo, con énfasis en Estados Unidos, donde corrientes supremacistas blancas, incluidos efectivos policiales, con demasiada frecuencia cobran víctimas entre la comunidad afronorteamericana.
En Cuba, la implementación del Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación Racial revela la voluntad política del país por erradicar, definitivamente, una tara históricamente heredada, incompatible con el modelo social cubano.
Juntos el Estado y la sociedad civil, organismos gubernamentales y organizaciones sociales, la nación y los territorios muestran una articulación para el enfrentamiento del problema.
Las expresiones de racismo lastiman no solo a sus víctimas, sino a la sociedad que las tolere y que conviva con impunidad con esa grosera violación de los derechos humanos. El enfrentamiento a la discriminación, en todas sus formas, es esencia del socialismo cubano.
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