Casa de las Américas de Cuba emitió una declaración en homenaje al décimo aniversario de la desaparición física del Comandante Hugo Chávez, que se conmemorará este domingo 5 de marzo.
“Los que mueren por la vida no pueden llamarse muertos”, señaló el texto, fragmento de una canción del trovador venezolano Alí Primera, cuyos temas eran recordados por el dirigente y líder bolivariano en muchas de sus intervenciones públicas.
El documento recordó su llegada al poder en Venezuela, en 1999, y su juramento como presidente sobre la “moribunda constitución” de la Cuarta República, lo cual resultó un desafío al entusiasmo neoliberal de esa época e inició la gran ola izquierdista de la primera década del siglo XXI.
Su impetuosa aparición hizo cierto el vaticinio de Simón Bolívar cantado por Pablo Neruda: “Despierto cada cien años cuando despierta el pueblo”, apuntó.
Heredero de la más legitima tradición revolucionaria, Chávez promovió profundas transformaciones en su país, conquistó el alma de millones de personas, indicó.
Aseguró además que su papel también fue decisivo en la creación de espacios y mecanismos de integración regional como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur).
Según la institución cultural cubana, el dirigente venezolano fue esencial, también, en la acción de rechazo continental al ALCA en la Cumbre de Mar del Plata, Argentina, reunión donde varios presidentes se manifestaron en contra del plan impulsado por el gobierno del entonces mandatario estadounidense, George Bush.
El comunicado mencionó cómo la postura antimperialista y anticapitalista del líder venezolano lo llevó a soportar las más desenfrenadas arremetidas de la derecha, incluido un golpe de Estado del que regresó en hombros de su pueblo.
“Como Fidel, a quien lo unieron lazos entrañables que desbordaban las afinidades políticas, Chávez fue un líder auténtico que se ganó el respeto y cariño de las masas por su capacidad de interpretar las necesidades y deseos de las mayorías”, advirtió.
Se refirió también a su “torrencial y embriagadora oratoria”, a través de la cual era capaz de mezclar las voces de los grandes próceres con la cultura popular; “sabía pasar, casi sin transición, de alguna frase para la historia a una canción llanera, y apelaba sin titubeos a los mitos populares”.
Casa de las Américas subrayó que a diez años de su desaparición física y a poco de cumplirse el bicentenario de la proclamación de la Doctrina Monroe que pretendía una América Latina al servicio de Washington, el pensamiento y la acción de Hugo Chávez siguen siendo imprescindibles.
No hubo nada azaroso, por parte suya, en consagrar como Bolivariana a la República nacida de la Revolución que lideró, en genuina declaración de principios y de propósitos, enfatizó el citado documento, que llamó la atención además sobre la necesidad de defender su legado y continuar su lucha por la unidad y la independencia latinoamericanas.
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