Una cosa es ganar un juego, y otra prepararse para no perder

 Este sábado a las 12 de la noche, Cuba estará midiéndose ante Dragones de Chunichi, sexto de la Liga Central en el beisbol japonés

 

Dayán García fue el mejor bateador por Cuba (4-3) en el primer juego de preparación. Foto: Ricardo López Hevia

No deberíamos sacar conclusiones apresuradas después de la derrota, por amplio marcador de 11-2, de la escuadra cubana que se prepara para el V Clásico Mundial de Beisbol, frente al elenco japonés Nippon Ham Figthers. Este es un plantel que terminó sexto (último) en la división central de la liga profesional de ese país, en la pasada temporada, y ayer, a diferencia de lo que se había anunciado, sí dependió de su róster élite.

Lo visto sobre la grama de Okinawa nos mostró la calidad de la pelota nipona, pues, aunque ese es un elenco de mitad de tabla hacia abajo en su torneo, está claro que respeta los fundamentos beisboleros. Posee una mecánica de bateo que logra contrarrestar la velocidad de los lanzadores y, en consecuencia, pone mucho la bola en juego; se mueve bien en las bases, y tácticamente es disciplinado en home.

A la defensa, como todo equipo de esa liga, es muy seguro y sus lanzadores, además de control, muestran dominio de sus comandos, es decir, ponen la pelota donde quieren.

Del lado de los antillanos es difícil hacerse un juicio con apenas diez jornadas en suelo asiático, tomando todavía el pulso al horario; además, con más acumulado de entrenamiento que partidos. Sin embargo, el colectivo técnico seguramente tomó nota de algunas lagunas que se expresaron en este primer desafío preparatorio.

Creo que lo que más preocupa son los nueve boletos, seis de ellos (Yoanis Yera, con cuatro, y Yeudis Pérez, con dos) a la cuenta de brazos que sí están en la lista oficial del Clásico Mundial. En la pelota no solo es tirar más de 90 millas; de hecho, los lanzamientos más rápidos en el choque los vimos desde la lomita caribeña, con el propio Pérez lanzando 93 y 94 millas por hora, y con Javier Mirabal encaramado sobre las 95, pero faltó el envío dominador del bateador. De ahí que, además de las nueve transferencias, solo hayan ponchado a dos rivales, por muy supersónico que fueran sus envíos.

Deben haber registrado los entrenadores la forma del swing de nuestros bateadores. Mientras los locales recortaban este para hacer el contacto, por muy rápido que viniera la pelota, los cubanos hacían más recorrido con sus bates. Eso los dejó vulnerables ante los rompientes, y frente a la velocidad (la que más caminó fue a 92 millas por hora) con el madero detrás.

A la defensa se jugó sin error, mas hace ya tiempo que no tenemos éxitos contra el doble robo, con primera y tercera ocupadas. Una jugada de ese tipo abrió el marcador ayer para los anfitriones.

Junto con esos apuntes, son buenas las noticias de los contactos que logró Ariel Martínez, aunque necesita estabilidad corporal en la caja de bateo, porque ayer sus dos elevados a lo profundo del terreno hubieran corrido mejor suerte si no quedara desequilibrada su figura a lo hora del golpeo. Los de más brillo fueron Dayán García, un jugador que no moja, pero empapa, con tres en cuatro turnos, incluyendo, un tubey, y Alfredo Despaigne, de 4-2, también con un doble, y soltura en home. A Yadir Drake se le vio fallando, pero dándole a la bola en la costura.

Este sábado, cuando den las 12 de la noche, Cuba estará midiéndose ante Dragones de Chunichi, sexto de la Liga Central en el beisbol japonés. No digo que ojalá les vaya mejor, sino que puedan aprovechar estas salidas para limar las deficiencias que, ante la alta demanda del Clásico Mundial, son insolubles en la competencia. Recordemos que una cosa es ganar, por ejemplo, ese primer juego, y otra –bien distinta– es prepararse para no perder.

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