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Tarja que identifica la casa donde nació José Martí. Foto: Laura Alonso
Para el
pueblo cubano es un honorable compromiso recordar a José Martí con la visita a
lugares históricos vinculados con su vida y obra.
Entre los más conocidos se encuentra la ruta
que parte de lo que fue la Real Cárcel de La Habana hasta las antiguas Canteras
de San Lázaro. En otras provincias, como en Guantánamo, el camino por recorrer
se extiende por unos 300 kilómetros, desde Playita de Cajobabo hasta Dos Ríos,
mientras que en Santiago de Cuba se va desde el Cementerio Patrimonial Santa Ifigenia
hasta la finca La Mejorana.
La iniciativa, concebida por Josep Trujillo,
especialista en investigación histórica de la Sociedad Cultural José Martí;
Diolelis Delgado, directora del Museo Casa Natal José Martí; Argel Calcines,
director de la revista Opus Habana, y Ariel Gil, director de la Casa Eusebio
Leal Spengler, consiste en un recorrido para que, montados en coches tirados
por caballos, podamos acercarnos a aquellos lugares capitalinos por donde
anduvo el Apóstol.
Los participantes cuentan con audífonos para
escuchar la descripción de cada sitio, lo que permite, gracias a la emotividad
preservada en esos lugares, desandar los pasos del más universal de los
cubanos.
El viaje inicia en el museo Casa Natal. A pocos
metros encontramos el actual Parque de la fraternidad, antiguamente llamado Campo
de Marte, donde el pequeño Pepe jugaba con Fermín Valdés Domínguez. Otro de los
lugares que forman parte del recorrido es el Capitolio Nacional. Por aquellos
tiempos allí radicaba la Estación de Ferrocarriles de Villanueva, en la cual el
joven Martí esperaba el tren para ir a Calabazar, Hanábana y en su viaje de ida
y de regreso de Isla de Pinos.
Entre los otros seis sitios históricos que
componen la ruta relacionada con el Maestro, destacan el colegio de Mendive, la
Estación de Policía a la que fue conducido por sus actividades conspirativas,
tras lo cual fue deportado por segunda vez a España, y la Iglesia del Santo
Ángel Custodio, en la que fuera bautizado, el 12 de febrero de 1853.
Proyectos como La Habana de Martí constituyen
un valioso incentivo para consolidar la presencia del Apóstol en nuestra vida
cotidiana.
amss/Tomado
de Granma
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