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Cerró en La Habana Jazz Plaza 2023; reverencia a Cuba y a su música

 

Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez

Cuando se unieron las manos de los pianistas Nachito Herrera y de quien él considera su Maestro, Frank Fernández, las teclas embrujaron la tarde noche de este domingo y provocaron reiterados aplausos del público reunido en el capitalino teatro Lázaro Peña, en uno de los conciertos de clausura de la edición 38 del Festival Jazz Plaza.
 
Herrera, ama a Cuba y lo demuestra con hechos; no solo con esa pequeña bandera que ubica encima del piano cuando actúa. A puro sentimiento fue guiando el espectáculo en el cual rindieron homenaje a creadores del género y a los dueños de una obra que el pueblo hizo suya y ubica en los pedestales más altos del arte, como son Chano Pozo y Juan Formell.
 

El tributo llegó convertido en arte al recordar a figuras recientemente fallecidas, entre ellas Pablo Milanés, con interpretaciones de Laritza Bacallao. Algo similar ocurrió con la reverencia póstuma a Cesar “Pupy” Pedroso y a Jose Luis Cortés.
 

Sentida remembranza a uno de los mejores pianistas de la era del swing, el estadounidense Nathaniel Adams Coles, más conocido como Nat King Cole.
 
La unión de varias agrupaciones, incluidas Habana Jazz y la laureada Sinfónica Nacional, formó lo que Nachito Herrera bautizó como la gran Orquesta Jazz Plaza; integrada por consagrados músicos, estudiantes de la Escuela Nacional de Arte y los bisoños alumnos de la Jazz Band del Conservatorio Amadeo Roldán, de La Habana, dirigida por el profesor Jorge Sergio Ramírez.
 

Casi todos los momentos fueron especiales, como la demostración de Dagoberto González, violinista de la emblemática Orquesta Aragón y uno de sus alumnos; o la actuación de Manolito Simonet, quien con su trabuco demostró una vez más que la música cubana, con su fuerza y calidad, es compatible con casi todos los géneros.
 

El estilo inigualable del Premio Nacional de la Música (2012) Bobby Carcassés, fundador del Jazz Plaza, matizó otro de los instantes sublimes del concierto.
 

Steve Turre llegó desde Estados Unidos con su trombón, pero también con la mágica melodía que brota de disímiles caracoles. Del mismo país se escuchó la potente voz de Dawn Tallman, otra de las invitadas especiales.
 

Durante los últimos días fueron más de 100 espectáculos en unos 20 escenarios, plazas y parques de la capital y Santiago de Cuba, que unieron a artistas de Argentina, Brasil, Camerún, Cuba, España, Francia, Congo, México, Italia, Alemania, Portugal, Perú, Canadá, Reino Unido, Países Bajos, Noruega, Reino Unido, Suráfrica y Estados Unidos.
 

Ganaron el arte, la creación, la amistad y el llamado a la paz y el respeto mutuo, este domingo, en el teatro Lázaro Peña, al unirse las exquisitas voces del Coro Nacional de Cuba dirigido por Digna Guerra, al Coro de la Iglesia Presbiteriana de Minnesota, que cerraron con un canto a la unidad latinoamericana, con todas las manos, todas; todas las voces, todas. Emotiva y reiterada exclamación de ¡Viva Cuba! ¡Viva la música!
 
amss
 

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