Cine con aroma de mujer

Foto: Fotograma de Carajita, drama de Silvina Schnicer y Ulises Porras


La tierra de este continente se ha manchado muchas veces con la sangre de sus hijas. Vendidas, desaparecidas, violentadas, presas dentro de sus propios hogares. El aire renovador de este siglo les ha dado a las mujeres de América la fuerza para ponerse de pie y levantar la voz. A pasos agigantados esta ola de poder femenino ha llegado al cine.

Prueba irrefutable de ello es el protagonismo que han tenido las mujeres en la 43 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que se celebra actualmente en La Habana.

Más de 50 de los 185 filmes presentados, tanto dentro como fuera de concurso, son dirigidos o codirigidos por mujeres; especialmente dentro de la categoría de Ópera Prima.

Historias de empoderamiento llegaron a las pantallas cubanas de todos los rincones del continente. Regla 34, desde Brasil; Carajita, desde República Dominicana y Argentina; 1976, desde Chile; y Clara sola, de Costa Rica; y el corto animado cubano La súper son algunos ejemplos.

Un aspecto común que han tenido las tramas de obras es la aceptación por parte de los personajes femeninos, de su sexualidad, como primer paso para abrazar su verdadera personalidad y romper los ciclos de violencia. Pudiera parecer un cliché, pero no lo es.

La represión de los deseos sexuales en las mujeres está directamente ligada al control patriarcal del hogar; sobre todo en países en los que determinadas creencias tienen más fuerza, existen estigmas que condicionan el deseo femenino y lo reducen a complacer a su esposo o a tener descendencia.

La ruptura de estos círculos violentos, que parecieran no tener cabida en pleno siglo XXI, es un fenómeno que ha tomado fuerza en nuestra región en la última década; y como tal se ha reflejado en el cine.

Pero no solo las mujeres han participado en el Festival como protagonistas de cintas y directoras. Una gran parte de las conferencias teóricas del evento fueron impartidas por profesoras y especialistas del séptimo arte. Con ellas, los asistentes tuvieron la oportunidad de debatir sobre distribución cinematográfica de largometrajes, cortos y documentales, programas de oportunidades y fondos para el cine latinoamericano.

También están presentes como jurados en casi todas las categorías del certamen; demostrando que esta industria, otrora controlada completamente por hombres, es plataforma en América Latina para la igualdad, equidad y lucha por los derechos de las mujeres y las niñas.


amss/Tomado de Granma

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