Foto: Tomada de Prensa Latina
El movimiento danzario de 2022 en Cuba reafirmó la probada calidad de esta manifestación artística en la escena nacional, luego de poco más de un año de aislamiento debido a la pandemia de la Covid-19.
El año comenzó con dos estrenos mundiales de la compañía Acosta Danza, dirigida por el primer
bailarín Carlos Acosta, quien
presentó la temporada 100% cubano en el
Teatro Nacional, tras su regreso a las tablas.
Por su parte, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba
(Uneac) entregó los Premios Villanueva
correspondientes al periodo 2020-2021.
En el apartado de danza resultaron galardonadas las
coreografías Séptima Sinfonía, de Uwe Scholz, con el Ballet Nacional de Cuba;
Mundo Interpretado, de Juliano Nunes, por Acosta Danza; y Cascanueces, de Osnel
Delgado, por la compañía Malpaso.
En abril regresó el Festival
Internacional de Danza en Paisajes Urbanos; encuentro de baile callejero
que en su edición 16 compartió, con representantes del género y el público,
clases magistrales, conferencias, paneles, puestas en escena, exposiciones y
proyecciones de videos.
De manera paralela transcurrió el Festival Internacional de Videodanza DV Danza Habana, Movimiento y
Ciudad, que representó una plataforma para exhibir la vinculación entre
ambas expresiones estéticas.
La compañía cubana Acosta
Danza estuvo a cargo de la inauguración de la edición 52 del San Javier Fest. Teatro, Música y Danza, de Murcia,
España, en agosto último, con un amplio programa que incluyó una versión
del espectáculo Tocororo, del
director del grupo, el cual se presentó en 2021 en el Teatro Real, de Madrid.
A mediados de año, el Tercer Festival Internacional de Danza Española y Flamenco CubaFlamenco
2022, dedicado a la región española de Murcia y al Festival Internacional
de Cante Flamenco de Lo Ferro, llevó a la escena del Teatro Nacional de Cuba,
tradiciones de la isla antillana y su fusión con las ibéricas.
Por esta razón, a la cita llegaron en calidad de
invitados la Compañía de Ballet de Lo Ferro y su directora general y artística,
María Dolores Ros; así como su figura principal y primera bailarina, Cynthia
Cano.
Entre los asistentes internacionales estuvieron, también,
miembros de la Compañía de Danza Proart de Querétaro, México, y la cantaora
española Chelo Pantoja; mientras por la parte local destacaron el Conjunto
Folklórico Nacional, el Centro Pro Danza y la Orquesta Sinfónica Nacional.
En septiembre,
Cuba fue país invitado de honor en el XVII Festival de Danza dominicano,
donde la compañía Mal paso estrenó la obra Roto,
de Jozze Antonio Sánchez y Daymé Del Toro, en la sala Manuel Rueda de la
Escuela de Bellas Artes de Santo Domingo.
Festival
Internacional de Ballet de La Habana
Por su parte, el evento más importante de la urbe
habanera, el Festival Internacional de
Ballet de La Habana (FIBH) reafirmó la probada calidad de la danza en la
escena latinoamericana; protagonizada por estrellas de Cuba y el mundo, que
celebró además los 75 años de su compañía anfitriona, el Ballet Nacional de Cuba (BNC).
Con su vuelta a la escena cultural -del 20 de octubre al
13 de noviembre-, el principal evento de su tipo en la isla y más antiguo en el
mundo, dio muestras del prestigio que le acompaña a nivel regional, pese a
aminorar su actividad bienal a causa de la Covid-19.
De los momentos más emocionantes en esta XXVII edición
estuvo, sin lugar a dudas, el regreso a la escena de la actual directora y
primera figura del BNC, Viengsay Valdés; quien reencarnó en ese personaje
cumbre de la era romántica que es Giselle ante los aplausos de un público
emocionado.
“Este es el primer Festival que presido con una gran
responsabilidad y propósito de continuar enalteciendo su tradición y emprender
nuevos desafíos”, señaló la artista en declaraciones exclusivas para Prensa
Latina.
La ganadora de la medalla de oro en Vignale Danza, Italia
(1993), reafirmó su probada técnica luego de una pausa en su carrera artística
marcada por la maternidad y a 25 años de su primera interpretación de esa obra.
Valdés, heredera de la fuerza y tesón legada por la prima
ballerina y fundadora del BNC, Alicia
Alonso, también le rindió homenaje en el aniversario 80 de su debut en el rol
de la aldeana willi.
El evento reunió a estrellas internacionales como el
ibérico Joaquín de Luz, quien arribó en calidad de bailarín y director de la
Compañía Nacional de Danza de España para exhibir ante más de dos mil
espectadores su muy aclamada versión contemporánea de Carmen.
Para De Luz, mostrar su arte en la nación caribeña era
una ilusión por cumplir tras compartir la escena del American Ballet Theater y
el New York City Ballet con no pocos exponentes de la danza cubana, quienes “me
recomendaron teníamos que presentarla aquí”.
Durante su paso por la isla, presentó el documental Hasta el alba, sobre los procesos
creativos de su compañía; y recibió el premio internacional honorífico Josefina
Méndez, otorgado por la Unión de Escritores y Artistas de Cuba.
Varios estrenos para la Mayor de las Antillas trajo
consigo el Festival de la mano del Buenos Aires Ballet, de Argentina; el Ballet
Nacional del Sodre, de Uruguay; junto a las agrupaciones nacionales Acosta
Danza, Malpaso y Mi Compañía.
Para la ocasión, el FIBH
concibió el debut en los predios nacionales del italiano Roberto Bolle, Jacopo
Tisi y Nicoletta Manni (Teatro alla Scala de Milán) y Susana Salvi (Ballet de
la Ópera de Roma).
Una estela de aplausos merecieron además los rusos María
Kochetkova (American Ballet Theater) y Seymon Chudin (Ballet Bolshoi), así como
Melissa Hamilton (Royal Ballet de Londres).
Las coreografías de los británicos Gemma Bond y Ben
Stevenson, o del canadiense Peter Quantz, resultaron otras de las atracciones
del evento que apostó por mostrar nuevos lenguajes y modos de abordar la
escena.
Otro de los objetivos del Festival fue reunir en tierra
cubana a bailarines de la isla que triunfan en circuitos foráneos como
Catherine Zuaznábar (Béjart Ballet Laussane) o Yolanda Correa (Ballet de la
Ópera de Berlín).
Desde 1960 hasta la fecha, el FIBH no solo impulsó el arte del movimiento desde la visión
continental; sino que también consolida su andadura como una de las citas más
integradoras de la cultura cubana.
El 2022 cerró con una función del Ballet Nacional de Cuba bajo la dirección general de la primera
bailarina Viengsay Valdés, que incluyó piezas como Las sílfides, Carmen, Cascanueces y El lago de los cisnes. en homenaje al centenario de la Federación
Estudiantil Universitaria, en el Teatro Martí de la capital cubana.
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