Texto y fotos: Ricardo R. Gómez
Rodríguez y Ángeles Muik
Viengsay Valdés no parece que baila, sino que
vuela con ese traje blanco de paloma y alas que retan al viento con la cadencia
exquisita que rememora a Alicia, su Maestra.
La actual primera bailarina y directora del Ballet Nacional de Cuba iluminó
la noche en que La Habana festeja su cumpleaños 503 en una gala
artística que permitió nuevamente mostrar la exquisita restauración del
emblemático Teatro Martí, en el corazón de la capital.
La noticia pudiera ser que el
pueblo de la ciudad otorgó la Giraldilla
de La Habana, máximo reconocimiento del Gobierno de la villa, a Viengsay; recibida de manos de Luis
Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido Comunista de Cuba en la
provincia, y del Gobernador Reinaldo García Zapata… o pudiera informar que los
miembros del Buró Político Esteban Lazo Hernández, presidente del Parlamento, y
Salvador Valdés Mesa, vicepresidente de la República, vinieron a darle un
abrazo a las mujeres y hombres de esta capital redentora, hacendosa, única.
Pero prefiero aupar, enaltecer,
la fuerza y entrega de los jóvenes artistas del ballet y el vuelo de paloma en
el escenario de Viengsay Valdés,
quien abanica con la pujanza y plasticidad de sus piernas y brazos a la gente
que la admira y hace suya.
amss
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