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Foto: Ariel Cecilio Lemus
Siendo un niño se colaba en el teatro
porque no tenía dinero para pagar. Allí vio muchas funciones del Ballet
Nacional de Cuba (BNC). Luego, a los 17 años, tuvo “la suerte de bailar” para
nuestra prima ballerina assoluta; y a partir de ese momento empezó “el amor profesional y personal” de Joaquín
de Luz por la Mayor de las Antillas; y
por la compañía fundada por Alicia, Fernando y Alberto Alonso.
Primer
bailarín y director artístico de la Compañía Nacional de Danza de España, este
artista que vive –en palabras de la directora del BNC, Viengsay Valdés– “sin
tregua ni concesiones, como nuestra Alicia nos enseñó”; recibió este lunes el
Premio Internacional Honorífico de Danza Josefina Méndez, máximo reconocimiento
que entrega la Unión de Escritores y Artistas de Cuba a figuras emblemáticas
del ballet a nivel
mundial.
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Joaquín De Luz en Giselle. Foto: Ariel Cecilio Lemus
Sobre De Luz, quien fuese una de las estrellas
invitadas al recién concluido Festival
Internacional de Ballet de La Habana Alicia Alonso, Viengsay Valdés resaltó
que su talento y carisma lo han llevado a triunfar en algunos de los más
importantes escenarios e integrar diversas compañías, como el American Ballet
Theater y el New York City Ballet.
“¿Cuál es la fuerza y la singularidad de su
arte, que lo han convertido en uno de
los bailarines españoles más renombrados a escala mundial? (…) Una vida
marcada por la pasión, el esfuerzo y la determinación y, sobre todo, por su
honestidad como bailarín (…). Es de ese tipo de artistas que cuando salen a
escena lo entregan todo”, remarcó la primera bailarina del
BNC.
Joaquín
de Luz vive en la danza. Su versatilidad sobre las
tablas le permite interpretar obras clásicas y contemporáneas con igual
maestría; como hizo en esta edición del Festival,
en diversas piezas, entre ellas Giselle, Cinco variaciones sobre un
tema, y Eterno.
amss/Tomado
de Granma
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