![]() |
Foto: Tomada de Internet
Maggie Marín Ayarde
La muerte no es verdad cuando tu obra se ancla en el alma de la nación...
Las canciones de amor que nos regalaste son inmortales.
En cada uno de nuestros rostros apareció una lágrima con la triste noticia y no
pudimos esperar la verde mañana con la dicha de tenerte, nuevamente, entre
nosotros, en este Día Internacional de la Música.
Muchos, desde hace días, no sólo en este archipiélago,
sino en el mundo, se habían unido en plegaria rogando por tu mejoría; pero tu
frágil cuerpo no soportó y pasaste a otra dimensión.
Y brotó el dolor, la tristeza; parece que se te olvidó
decirle a la muerte amada: “Adiós, que de ti no tengo interés en saber nada”...
como manifestaste en Mis veintidós años;
la canción que marcó un antes y un después en la nueva música cubana, y desde
entonces encontraste la dicha eterna en el público.
El tiempo, el implacable, ese no pasará con tu obra,
Pablo Milanés. Tus canciones son himnos por toda Iberoamérica: Yolanda, Para Vivir, Años, Canción por la unidad latinoamericana, El breve espacio en que no estás; y
tantas y tantas otras que durante décadas tejiste como un verdadero orfebre
calando en el alma de varias generaciones.
Con misterio y ternura, desde su juventud, el fundador
del Grupo Experimentación Sonora del Instituto Cubano del Arte y la Industria
Cinematográficos y del Movimiento de la Nueva trova, el integrante del
movimiento feeling, musicalizó los versos de José Martí y Nicolás Guillén al
que les imprimió una belleza extraordinaria.
A la televisión nacional llevó a los consagrados de la
trova de siempre con Proposiciones; y
desde esa oficina nacieron proyectos únicos, como la Camerata Romeu o la Schola
Cantorum Coralina.
Con Mi querido
Pablo, otras voces de muy alta valía interpretaron la monumental obra del
cantautor que poseía un registro vocal excepcional.
Al público cubano le entregaste un memorable concierto en
el coliseo de la Ciudad Deportiva. Regresaste con la salud quebrantada, pero tu
voz se alzó y arropaste a miles de personas que te acompañaron en ese coro
gigante como en cada uno de tus conciertos.
Esa memorable noche de junio adelantaste -quizá como un profeta- Cuando tú no estás, uno de los sencillos
del próximo fonograma con Miguelito Núnez en el piano.
Para despedir la inolvidable noche del 21 de junio en La
Habana, el artista desgranó “Bésame sin rencor, trátame con dulzor / mírame por
favor / que quiero llegar a tu alma”; y las luces desde los celulares y los
atronadores aplausos sellaron lo que sería el adiós físico con su público
natural.
Los días de gloria continuarán porque su obra está
anclada en el alma de la nación cubana, Eternamente Pablo, querido.
amss
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo