La IV edición del Festival Habana Clásica tendrá lugar del 5 al 20 de noviembre de este año y estará dedicada al músico y violinista cubano aclamado internacionalmente, Claudio José Domingo Brindis de Salas. Bajo la dirección artística del laureado pianista Marcos Madrigal, la sede del evento ha sido el Gabinete de Patrimonio Musical Esteban Salas, de la Oficina del Historiador.

El programa acogerá a solistas, directores y agrupaciones musicales, teatrales y danzarías de diferentes países. La excelencia artista deviene de Alemania, Canadá, Estados Unidos, España, Holanda, Italia, Reino Unido, Rusia, Suecia, Suiza y Cuba.

Conciertos, clases magistrales y eventos espontáneos de música clásica tendrán lugar en los espacios del Teatro Martí, la Iglesia de San Francisco de Paula, la Basílica Menor del Convento de San Francisco de Asís, el Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes, la Sala Ignacio Cervantes, del Palacio de los Matrimonios; Sala Covarrubias, del Teatro Nacional de Cuba y el Oratorio San Felipe Neri, según comentó su director artístico, Marcos Madrigal, en conferencia de prensa. El festival busca promover la música clásica y presentar la cultura cubana a la audiencia internacional.

Para conocer más detalles sobre la excelencia de este evento, Tribuna de La Habana conversó con Madrigal.

- En el programa del festival vemos la participación de artistas jóvenes junto a otros más consagrados, cuál fue el criterio de selección de los músicos cubanos y extranjeros?

-Uno de los objetivos del Festival Habana Clásica es poder mostrar o dar a conocer al público, la excelencia del circuito de la música clásica en el mundo y, sobre todo, en Europa. Para elegir a los artistas que van a formar parte de cada edición, lo primero que busco es que sean músicos estrepitosos, de un nivel increíble. También que puede ser una oportunidad para el público cubano, artistas y estudiantes y una experiencia única, el encuentro en primera persona con estos creadores con una trayectoria, conocimiento de vida artística, y una profundidad en la búsqueda dentro de los procesos creativos. Al mismo tiempo, lograr que los foráneos puedan interactuar con la excelencia de los intérpretes cubanos: dígase solistas, orquestas, agrupaciones de cámara. Además, tenemos el criterio de que el festival, además de ser una fiesta por la cultura y una etapa de encuentro, sea realmente un momento de excelencia artística.

Asimismo, buscamos personas que tengan dentro un don de generosidad, porque las actuaciones o clases magistrales y todo el trabajo social que se hace en el festival es una donación a nuestro país. Entonces hay que encontrar artistas que sean grandes, pero con un sentido mucho más amplio de la palabra, que quieran y entiendan la necesidad de poder dar su arte a una realidad diferente a la que ellos estaban acostumbrados con los festivales, en las cuales hay una remuneración por su trabajo.

Además, deben ser personas que tengan una sensibilidad para poder formar parte de proyectos sociales como los que están dentro de Habana Clásica: acercarse a los enfermos, a las personas más necesitadas, a los ancianos. Todos estos criterios son importantes, pero por supuesto prevalece el artístico.

Por otro lado, es un festival joven y hay muchísimos talentos en Cuba y otras regiones, y la idea también es hacer coincidir varias generaciones. En este ocasión tenemos uno de los violinistas jóvenes que más carrera está haciendo en el mundo que es Linus Roth y, al mismo tiempo, a Dmitry Sitkovetsky, quien prácticamente es una leyenda de la historia del violín, de la música, de la dirección, de la transcripción. Entonces, creo que una realidad como la nuestra también resulta muy atrayente para las grandes estrellas extranjeras y el festival trata de servir como plataforma, para generar ese encuentro entre generaciones internacionales y de músicos cubanos. Es un festival también joven porque es organizado por un equipo joven y porque está pensado para ellos. Habana Clásica, entre las primeras cosas que se propuso, era poder ayudar y dar la posibilidad a los jóvenes músicos y artistas cubanos de interactuar con esta excelencia y de poder aprender y crecer teniéndolos en primera persona. Son muchísimos criterios de selección, pero los jóvenes son y serán siempre los protagonistas de este festival.

Foto: Cartel del Festival

- ¿Qué distingue a este de ediciones anteriores?

- Tenemos la suerte, la gran dicha de que es un festival que crece, y esta edición es la más ambiciosa y al mismo tiempo, y hasta el momento, la más importante que hemos tenido. Especialmente, debo decir, que sus alas fundamentales son el trabajo social y pedagógico, formativo, y este año logramos finalmente poder organizarlo de una forma mucho más estructurada, y poder darle la posibilidad a los jóvenes estudiantes de música cubana de tener una ofrenda, un regalo, de poder recibir clases o asistir a clases -porque todas son abiertas al público- de una gran parte de los solistas que vienen. Otro de los logros es también el trabajo social que está mucho mejor estructurado, gracias a la interacción con la ONG MediCuba Suiza. Es importante mencionar y agradecer la cooperación de la Embajada de Suiza en Cuba y de la Agencia de Cooperación Suiza COSUSE. Gracias a ellos hemos tenido la posibilidad de ampliar la cantidad de artistas que pudimos invitar. Esto permitió que cuando trabajamos en la curaduría artística del festival, se ha logrado una variedad de repertorios y de propuestas artísticas, desde el concepto, los intérpretes, las obras y de las nuevas obras que se van a estrenar, gracias a la participación de los compositores en residencia. Todo lo que significa Habana Clásica, en mi opinión, es una edición que crece inmensamente con respecto a las anteriores.

Regresa la danza, pero se añade el teatro, que no existía dentro del festival hasta este momento. Y pienso también que el rango de época que tenemos en la programación ha crecido. Me hace muy feliz que esta edición sigue dando un espacio grande a los compositores de hoy. Aunque no sea un festival centrado en la música contemporánea, pero que ayuda el público combinando las grandes obras del repertorio de la música clásica. Sobre todo, invito a que sigan esta edición para que juntos podamos también descubrir todo lo novedoso y lo particular que trae.

También por el importante aporte de la Embajada de Suiza en Cuba con el festival, conversamos con su principal portador, Lorenzo Suárez, Director Residente Adjunto de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).

-Concretamente, ¿qué es COSUDE?

-La Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE) es la agencia de cooperación internacional de Suiza dentro del Departamento Federal de Asuntos Exteriores.

Al operar con otras oficinas federales involucradas, la COSUDE es responsable de la coordinación general de las actividades de desarrollo, cooperación y ayuda humanitaria de la Confederación Suiza. El objetivo de COSUDE es reducir la pobreza global, fomentar la autosuficiencia económica y la autonomía estatal, contribuir a la mejora de las condiciones de producción, ayudar a encontrar soluciones a los problemas ambientales y brindar un mejor acceso a la educación, a la cultura y a los servicios básicos de salud.

- ¿Cuál fue la principal motivación para financiar Habana Clásica?

-COSUDE apoya la cultura desde hace más de dos décadas en Cuba, dentro del marco de su Estrategia de Cooperación, que también incluye otros ámbitos de trabajo, como la Salud, el Desarrollo Económico Local, la Agricultura y los programas de Participación y Equidad.

La colaboración con el Festival surgió de nuestra voluntad de apoyar una iniciativa que, además de tener gran calidad y legitimidad artística, también tiene la voluntad de lograr un alto impacto social, promoviendo específicamente el arte joven y haciéndole llegar la música a todo tipo de público, más allá de los conciertos, gracias a colaboraciones originales, como la ONG mediCuba-Suiza, también apoyada por COSUDE. Asimismo, debemos mencionar que entre los múltiples socios de COSUDE, el Festival, liderado por un director artístico de primer nivel mundial, ha demostrado un nivel de compromiso y profesionalismo muy por encima de la norma en un contexto especialmente complejo

nyr/Tribuna de La Habana