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Con un poco de amor y la voz de Anabell

 

Foto: Portada del disco


Solo un poco de amor es suficiente para alcanzar sucesos que consigan trascender lo cotidiano. Tal es el caso del nuevo disco de Anabell López.

Titulado Con un poco de amor, la obra discográfica retoma diversos temas de Silvio Rodríguez para llevarlos a su propia perspectiva como intérprete. Si bien la recordamos en sus primeros pasos como cantante cuando aparece junto a su hermano en los memorables dúos de Te amaré y La gota de rocío, no pasó mucho tiempo después para que fuera la invitada de los artistas más disímiles; deseosos de compartir el encanto de su bella voz.

Incluso, el maestro Frank Fernández la acompaña en el disco Milagros; una auténtica pieza de colección por los atributos artísticos alcanzados, en particular por su apropiación de La vida, reflexiva canción de Silvio. Desde que uno escucha semejante versión, nos preguntamos de dónde Anabell ha sacado esa capacidad para impresionarnos por la carga dramática que logra impregnar a dicha obra.

Y la respuesta la podemos encontrar no solo por proceder de una estirpe como la suya; sino, sobre todo, por la admiración y el profundo respeto que profesa por su hermano.

El hecho de que la propia Anabell tenga a su cargo la dirección musical del disco, además de ser la arreglista de los temas, implica una responsabilidad mayor a la hora de trasladar tales canciones al entorno de esta personal propuesta de un disco acústico.

Para explorar la multiplicidad de matices implicados en composiciones de Silvio, la vocalista se apoya por las guitarras de Jorge Luis Valdés Chicoy, con Néstor del Prado al bajo, además del propio Silvio, y Oliver Valdés, en la percusión; mientras que la notable flautista Niurka González le aporta un singular encanto al disco, específicamente por el sabor criollo en Llegué por San Antonio de los Baños.

Anabell ha capturado la ternura inherente a Una canción de amor esta noche para ajustarla al lamento flamenco; a la vez que se permite rapear, desde el mayor refinamiento, en Me acosa el cara pálida.

Los coros, cincelados por la misma Anabell, constituyen un elemento de efectiva atracción debido a la frescura de su concepción; como se aprecia en Ojalá y Fábula de los tres hermanos, entre otras.

Para el cierre se ha elegido una de las joyas de la corona: la enigmática Mariposas; un tema cuya coda vuelve a estar matizada por un clímax de solemnidad, en este caso, motivado por la inspirada vocalización de Anabell, con la presencia de Silvio, en el coro.

Según declaraciones propias, ella puede ser la intérprete que más haya cantado a Silvio. No nos cabe duda pues, además, este gesto se le concede por derecho propio. Pero lo realmente significativo es que, en esta reciente propuesta discográfica, nos logra transmitir su desempeño profesional con un caudal del amor filial desde la sentimentalidad requerida.


amss/Tomado de Granma

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