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Dulce María Loynaz y el arte de coleccionar

 

Fotos: Tomadas de Cubarte

La Jornada de la Cultura Cubana ha tenido, entre sus primeras actividades, la exposición Dulce María Loynaz y el arte de coleccionar, la cual se muestra en el Museo Nacional de Artes Decorativas (MNAD).

Al referirse a detalles de la exposición, la curadora María Rosa Oyarzábal publica en el catálogo que el 29 de enero de 1958 en el Palacio de Bellas Artes de La Habana se presentó gran parte de la colección de abanicos de la ilustre intelectual.

De acuerdo con la propia escritora, esta fue la segunda en importancia después de la creada por los duques de Alba en España “(...) Es la colección más completa del mundo, pues la única que la superaba sucumbió en Europa”. 


Lo cierto es que se encuentra entre las más destacadas colecciones de abanicos de personas naturales a nivel internacional; muy difícil, a juicio de los especialistas del MNAD, de superar; e incluso resulta una de las más completas fuera de nuestras fronteras, por la rica variedad de estilos, formas, tipologías, materiales, épocas y países. 

Fue sin dudas la más importante creada por la autora; aunque también se vio motivada a conformar otros interesantes conjuntos, como algunos que son mostrados en la exposición: variadas trazas y graciosas muñecas que fueron la memoria de sus numerosos viajes. 

Se exponen, desde el recuerdo que inspiraron al equipo curatorial, el entorno en que vivió Dulce María Loynaz -Premio Cervantes-, su mundo interior; desconocido para muchos, y que la distinguen no solo por su valía como gran poeta, sino también como una coleccionista enamorada de aquellos objetos que reunió, catalogó y protegió a su alrededor.  Vivió, y ha llegado a nuestros días, como ella misma afirmara: “Rodeada de mar por todas partes, soy isla asida al tallo de los vientos (...)”


Alicia Soto Smith

amss/Tomado de Cubarte

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