Dos nuevos hechos vandálicos que buscaban sembrar terror en el pueblo cubano


Foto: Imagen tomada de Razones de Cuba

Dos nuevos hechos vandálicos que buscaban sembrar terror en el pueblo cubano, a cambio de dinero, fueron denunciados en la televisón cubana este viernes, cuando se revelaron rasgos comunes de ambas acciones, una ejecutada en Pinar del Río y la otra Villa Clara.

El pasado 16 de agosto, en Minas de Matahambre, localidad de la más occidental provincia, se originó un incendio en el cabaret Las Minas, construido con cubierta de guano y paredes de mampostería. El autor, de quien se transmitió el testimonio, dijo haber sido orientado desde ee. uu. por Liván González Valdés, quien le pagó 150 dólares.

También confesó que González Valdés, a través de WhatsApp, lo había incentivado a desarrollar otras acciones delictivas, como poner carteles contrarrevolucionarios, por lo cual recibió cien dólares; y además «él quería quemar el coppelita que queda en Vietnam Heroico, quería tirar un cable al tendido eléctrico… Esas eran opciones que me daba para que las hiciera y recibir el pago desde el exterior. Quería envenenar los tanques de agua de la Loma de la Mina, dar candela a los almacenes de Emincar, incendiar la torre de los guardabosques…», dijo el entrevistado.

En Villa Clara, el 25 de septiembre, le prendieron fuego al caney de Isabela de Sagua. Nilo Christian Denis Cruz, uno de los principales involucrados en el hecho, confesó que un mes atrás su primo Dubier Pérez Méndez le había ofrecido dinero por hacerlo.

«Estaba tomado y me dirigí a la parte de atrás del caney en horas de la madrugada, le di candela y después me mandé a correr. Cogí ese dinero y se lo devolví a la Policía, es algo que no voy a volver a hacer más nunca en mi vida», declaró el imputado.

Sobre este hecho, una publicación de Razones de Cuba señala que, al incendiarse el caney, dentro del local se encontraban personas que pudieron sufrir lesiones o fallecer. La afectación económica por los daños del local asciende a 250 000 pesos.

Con el mismo objetivo terrorista de ganar dinero al servicio de quienes no creen más que en sus bolsillos y en el buen negocio que resulta alimentar el odio desde EE. UU., los dos hechos constituyen expresiones de fascismo reflejadas en los espacios físico y digital, y motivadas por instigadores que se mantienen impunes en territorio extranjero. 

También, como elemento coincidente, una efectiva respuesta popular ha permitido la investigación y esclarecimiento de la mayoría de los hechos de este tipo. 

nyr/Granma




 

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente