Por: Rosa Pérez López
En
Cuba todos somos uno. Lo hemos sido en los instantes de suprema gloria y en los
momentos tristemente aciagos.
Por
eso en Cuba ahora todos somos uno ante la catástrofe aérea que arrebató la
vida de más de un centenar seres humanos de diferentes edades. Vidas
en flor, en su desarrollo, en su plenitud, en su esplendor, a las que mucho les
quedaba por esperar, por soñar y por hacer en este mundo.
Ahora
un dolor muy profundo nos embarga, en justo tributo a las víctimas
de un accidente de aviación que como una ráfaga
terrible ha enlutado en un instante el corazón de todo un pueblo.
Y no
un pueblo cualquiera, sino el sensible y solidario pueblo cubano, que hace suyo
el dolor de tantas familias quebrantadas por la muerte, porque en Cuba en las
buenas y en las malas, siempre todos somos uno.
nyr
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