Foto: Tomada de Cubarte
El reciente Consejo Nacional de la
Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) fue una especie de poema a la esperanza, de
versos y acciones que siguen situando en el centro a la utopía, el amor a Cuba
desde su alma más pura: la cultura en su significado amplio; incluida la
capacidad de resistencia de un pueblo que ahora mismo enfrenta otra etapa
peculiar, por los desafíos económicos y apagones, que pudieran desesperar a
muchos.
El Consejo ocurría en
momentos singularmente complejos, luego de dos años de golpes tremendos por la
Covid-19, el recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos y el
establecimiento de nuevas medidas en contra del país.
Sucedía en un contexto de
crisis financiera agudizada, desabastecimiento de alimentos por la escasez,
largas colas en la geografía nacional, disputas ideológicas especialmente en
plataformas digitales, estrategias de colonización 2.0 y ataques en contra de
creadores abiertamente revolucionarios con la pretensión de apagar su apoyo al
sistema social y fracturar su relación con la actual dirección del país… Un
panorama que difícilmente mejore de manera considerable en cuestión de semanas.
Ocurría además, este viernes, en el Palacio de Convenciones de La Habana, a
pocas jornadas de cumplirse este lunes el primer aniversario de un intento de
golpe a gran escala, que pretendió apagar la Revolución completamente.
Ahí, convocados otra vez por
la Uneac, estaban algunos de los más grandes escritores y artistas de Cuba,
verdaderos Maestros de Juventudes, referentes para otros creadores y para gran
parte de la sociedad, hombres y mujeres que con sus obras forman parte de las
esencias espirituales de la nación.
Y gravitaba también la figura de Nicolás Guillén,
primer presidente de la Uneac. Lo hacía en imágenes, en su voz, en el ambiente,
en sus versos…, con esas certezas de “¡Aquí estamos!”, y “aquí el que más fino
sea, responde, si llamo yo”; conscientes de que “la palabra nos viene húmeda de
los bosques, y un sol enérgico nos amanece entre las venas”.…
Podríamos citar algunas de
las intervenciones desde las sesiones en comisiones hasta la plenaria, cuando
otra vez se señalaron dificultades y retos en el funcionamiento institucional
de la cultura, problemas que deben ser resueltos con prontitud. También se
expresaron un manantial de sugerencias más allá de la literatura y el arte.
Otra vez las vanguardias artística y política confluían
en un espacio de intercambio y construcción colectiva, con la participación del presidente del país,
Miguel Díaz-Canel Bermúdez; la viceprimera ministra, Inés María Chapman; el miembro
del Secretariado del Partido y jefe de su Departamento Ideológico, Rogelio
Polanco; y el ministro de Cultura, Alpidio Alonso.
En lo particular, nos
quedamos con las sensaciones y el compromiso de las diferentes generaciones
presentes, que siguen prefiriendo el camino de los sueños y la belleza que
entraña no renunciar jamás a la conquista de las aparentes quimeras. En ese
camino se necesitan cada vez más resultados rápidos, que cultiven la esperanza
de manera constante en las amplias mayorías.
Días después, todavía me
parece ver los rostros, sentir los tonos de las voces, escuchar también durante
conversaciones en los pasillos… Hay plena conciencia de las dificultades
actuales, algunas engordadas no solamente por déficit de recursos.
Por supuesto que los
creadores también las sufrimos. Nos duelen, y queremos construir una sociedad
mejor desde la cultura, en lo cual resulta vital el avance económico. Las
programaciones y dinámicas de la radio, el cine y la televisión; la enseñanza
artística y la formación educativa de manera general; lo relacionado con los
músicos, la literatura, las artes escénicas y visuales… volvieron a estar en el
centro de las opiniones, con espíritu crítico y en un ambiente de colaboración.
La Uneac, liderada por su
presidente Luis Morlote Rivas; los vicepresidentes Marta Bonet, Magda Resik,
Corina Mestre y Pedro de la Hoz; los presidentes de las diferentes asociaciones;
los integrantes de las comisiones permanentes… han trabajado mucho en este
período, para dar continuidad a su IX Congreso, efectuado en junio de 2019, con
actualizaciones frecuentes.
El Presidente Díaz-Canel,
amante de la literatura y el arte, manifestó que “nunca como ahora se hizo tan
nítida la razón de Fidel al decir que la Cultura es lo primero que hay que
salvar”. Dejó más desafíos en el propósito de “crear; mostrar; viralizar, como
se dice ahora, la genuina y poderosa cultura cubana -y también universal- en
todos los ámbitos, para ganarle la pelea a la mediocridad. Digo universal
porque creo en el valor de la Cultura en su sentido más amplio”; aseguró quien
cada mes recibe en su sede de trabajo a representantes de la Uneac para
intercambiar sobre temas diversos.
“Ustedes, como casi ningún
otro grupo profesional, tienen la capacidad y la posibilidad de estimular,
desde el conocimiento y la sensibilidad artística, el desarrollo de una cultura
del debate, desde edades escolares tempranas, mediante actividades
extra-curriculares altamente creativas (concursos, publicaciones digitales,
encuentros de opinión, festivales culturales en la escuela, homenaje a grandes
figuras…)”, aseguró.
En la clausura del encuentro,
dijo también que “necesitamos una ofensiva absolutamente creadora frente a la
agresividad imperial. Y aún es muy pobre el uso que le damos a las nuevas
tecnologías para la comunicación digital: los podcast, los videos en YouTube,
los blogs de autor, los foros de chat, los grupos de debate en redes sociales,
las series para la Web o Webseries. Necesitamos cada vez más opciones que
inviten y ofrezcan espacio de expresión y disfrute a los jóvenes de ahora y el
futuro”.
Este Consejo Nacional resaltó lo realizado en los años
más recientes, pero sobre todo enriqueció la plataforma de proyecciones y retos
para el porvenir; en lo
cual será esencial el trabajo conjunto de la Uneac con otras organizaciones,
como la Asociación Hermanos Saíz, el sistema institucional de la Cultura y la
sociedad en general. Nos queda también su declaración de principios ¡Aquí
estamos!, con un valor histórico, que seguramente crecerá en el futuro.
Reconocemos, además, la
favorable campaña de comunicación, impulsada desde la Uneac para este Consejo, que tuvo como centro la obra y figura de Nicolás Guillén, Poeta Nacional,
que debiera latir siempre en nosotros. Sus versos siguen muy vivos, como
deberá estar siempre palpitante esta organización, de la cual fue fundador y
primer presidente.
Yasel
Toledo Garnache
amss/Tomado
de Cubarte
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