Foto: Estudios Revolución
Por Alina
Perera Robbio
Pasión, sensibilidad, sabiduría y compromiso. Tales cualidades se entreveran y tienen presencia
muy viva cuando nuestros creadores,
artistas e intelectuales se reúnen animados en pensar cómo Cuba puede superarse a sí misma desde lo espiritual.
Así puede constatarse de un tiempo a esta parte, y
con frecuencia, cuando se produce un encuentro
entre esos artífices de la cultura y la dirección del país.
Hace unos días, por ejemplo,
tuvo lugar desde el Palacio de la Revolución una de las habituales reuniones
que allí sesionan para dar
seguimiento al IX Congreso de la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba (Uneac); la cual estuvo encabezada por el primer secretario del
Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, así como por la viceprimera ministra Inés María Chapman
Waugh, y el miembro del Secretariado y jefe del Departamento Ideológico en el
Comité Central del Partido, Rogelio Polanco Fuentes.
“De las once comisiones
permanentes que nosotros tenemos para el trabajo cultural, esta es la octava;
ya vamos cerrando un ciclo” —apuntó en los inicios del encuentro el presidente
de la Uneac, Luis Morlote Rivas—; lo dijo en alusión a la que versa sobre Cultura, medios y redes sociales, cuyos
esfuerzos en esta etapa, y propósitos, formaron parte del contenido del
encuentro y constituyeron puntos de partida para varias reflexiones.
La exposición de una síntesis
sobre lo realizado por la Comisión estuvo a cargo de la vicepresidenta de la
Uneac, Magda Resik Aguirre, quien, entre otras ideas, destacó que las
relaciones entre el Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT), el
Ministerio de Cultura, la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y la Uneac, están en
un buen momento.
Sobre lo anterior, expresó
Magda: “Entre todos hemos ido reflexionando mucho sobre la utilidad de esa
alianza para lograr cada vez más colocar las verdaderas jerarquías culturales y
concebir de conjunto los productos dramatizados y de otros tipos que queremos
que aparezcan en nuestros medios”.
La vicepresidenta enunció que la presencia de contenidos culturales en las
redes se ha acrecentado, especialmente con fórmulas atractivas durante el
confinamiento a causa de la pandemia de la Covid-19: “La renovada Oficina de Comunicación e Imagen
de la Uneac —añadió— ha concretado una amplia estrategia cuyo colofón fueron
las celebraciones por los 60 años de la organización y que incluye el
rediseñado sitio web, la instauración de perfiles de Facebook, Twitter e
Instagram de directivos y creadores en todo el país, y los canales de YouTube y
de Ivoox de la organización”.
Entre otros logros —según
detalló Magda Resik—, fueron transmitidos más de 200 conciertos online, por
radio y televisión y por el canal de Streaming Cuba; y fueron memorables las
transmisiones del Canal Clave que multiplicaron la realización de importantes
eventos musicales como el Festival de Jazz, Cubadisco y el espacio destinado a
la música de concierto.
Escritores y artistas de la
Uneac en espacios decisorios de programación, como reflexionó la vicepresidenta
de la organización, forman parte del propósito de “convertir en un hábito
irreversible” que los creadores sean “parte activa de la solución de los
principales problemas que enfrentamos” y acompañen a la institucionalidad
cultural en el quehacer diario.
Como prioridades inmediatas y
esenciales —apuntó Magda Resik Aguirre— la Uneac tiene en el horizonte, entre
otras muchas, fortalecer el ejercicio de la crítica artística y literaria en
los medios; elevar la calidad y cantidad de propuestas dramatizadas, de factura
nacional, destinadas al público infantil y juvenil; asumir ajustes jurídicos a
tenor con los tiempos y que beneficien a los creadores; y emprender acciones
para proteger el patrimonio audiovisual.
Desde sus universos
comunicacionales los creadores presentes en el encuentro compartieron sus
perspectivas e inquietudes con el jefe de Estado. La actriz y realizadora de
televisión, Raquel González Pérez, afirmó que “los resultados de los
dramatizados cubanos en la televisión, en esta etapa de la pandemia, han sido,
en muchos casos, notables”. Pero esa realidad, dijo, no debe llevar a
conformarnos. Y recordó que temas de la Isla, para reflejarlos en las
propuestas actuales, hay muchos.
Por su parte el realizador de
radio, Alberto Faya —cantante, investigador, compositor y profesor de música—,
subrayó que “se hace imprescindible que quienes dediquen su arte y su vida a la
divulgación de la música, estén bien apertrechados con el conocimiento de las
ciencias sociales, fundamentalmente el Marxismo; lo que les permitiría dirigir
sus mensajes a la población, en la dirección de los principios que definen el
socialismo”. Habló entonces de la idea expresada por José Martí en su ensayo Nuestra América, de defender, primero
que todo, la historia nuestra.
Guillermo Vilar Álvarez
—conocido cariñosamente como el Guille Vilar, prestigioso comunicador de la
prensa escrita, radial y televisiva cubanas— comentó que a partir de su
experiencia de “tanta agua pasada en el mundo de la música, les tengo que
confesar que me siento muy orgulloso del camino que ha tomado la promoción, en
los medios, de nuestra música en estos momentos”.
De la radio, su alcance y su magia, disertó el
respetado realizador de ese medio, Ismael Rensoli Sánchez, quien subrayó: “Soy
un orgulloso no solamente de nuestra música y de nuestra cultura; soy un
orgulloso del medio que represento”. Es una lástima, reflexionó, que a veces
muchas personas se acuerden de la radio cuando hay ciclones; “y hay que tener
en cuenta que la radio es un elemento muy importante en muchos países de
América Latina que conservan una tradición secular en relación con nuestro
medio”. Rensoli pidió no olvidar que de ella salieron “muchas de las flores que
tiene nuestra cultura hoy en día: actrices, actores, y músicos”.
La radio —definió— es la
infantería dentro de un ejército de ideología. Y seguidamente se sumó la voz de
Luciano Castillo, crítico de cine y ensayista, quien recordó que un país sin
imagen es un país que no existe. Preocupado por la preservación de las imágenes
del cine cubano, y por el gran desafío que la tarea entraña, recordó que el
cine es arte; pero también es industria, es muy costoso, y demanda una perenne
preocupación de todos sus artífices y de quienes lo aman.
El director y guionista de
cine y televisión, Alejandro Gil, valoró que el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic) hizo mucho en tiempos de la Covid-19, en cuanto a propuestas audiovisuales: “El cine —no es el caso de la radio— es
costoso, pero realmente son millonarias las propuestas que se hacen a nivel de
cine, porque la construcción y la dimensión simbólica de un país hay que
construirla. Hay muchas historias; pero nosotros tenemos que hacer que ellas no
sean solo las historias, sino que también estén comprometidas con el momento”.
De la sinceridad en el arte
como premisa cardinal para cualquier propuesta habló el periodista y crítico de
cine Rolando Pérez Betancourt. Él también hizo alusión a la imaginación y a la
polémica; y a una “crítica que sea capaz de involucrarse, de discutir, porque
todo lo que viene relacionado con el arte necesita polémica, necesita que el
pensamiento corra”.
Lourdes de los Santos Matos,
directora de cine, disertó sobre la importancia de trabajar la cultura
audiovisual con las nuevas generaciones, para que ellas logren capacidad de
discernimiento ante cualquier obra. Y Caridad Martínez González, destacada
directora de programas
de la radio cubana, alertó que cada vez escasean más los actores
y actrices para la radio; al igual que los equipos técnicos, y que la inyección
de gente joven puede ser de mucha ayuda.
Sobre el poco ejercicio de la
crítica en los medios de comunicación disertó el periodista Yuris Nórido Ruiz
Cabrera, quien abogó por trazar estrategias para que haya más presencia de ese
ejercicio del pensamiento.
Hacia el final de la reunión,
el Presidente Díaz-Canel afirmó que “ha
existido un buen seguimiento (en esta sesión) a lo debatido en el IX Congreso”; aunque, dijo, quedan por implementar un grupo de
temas.
Seguidamente hizo referencia
al papel de los medios de comunicación en la tarea de descolonización que está
planteada. “Nosotros —apuntó en otro momento— tenemos lo nuevo en la producción
audiovisual, en la producción de los medios; y eso tiene también un mérito
porque lo están haciendo personas muy capacitadas, muy conectadas con la
realidad que estamos viviendo”.
El Jefe de Estado enfatizó que
está faltando sistematicidad; y que muchas veces existe la creencia de que, porque
una buena obra existió y se divulgó, no hace falta volver a ella. “Hay cosas
que hay que estarlas removiendo en el tiempo”, dijo, para que las nuevas
generaciones tengan acceso a ellas.
Sobre la crítica, Díaz-Canel
Bermúdez destacó el valor de que haya “un
ejercicio crítico formativo”; y en otro orden de ideas abogó porque haya mayor
presencia de nuestra creación audiovisual en las redes sociales, porque en esa
dimensión están los códigos que los jóvenes prefieren.
Desde otra arista ilustrativa
del poder que tienen los medios de comunicación para el mejoramiento de la
sociedad, el dignatario hizo referencia a cómo desde la radio “nosotros podemos
convocar a la participación popular en los procesos del país”. Ese puede ser,
dijo, un espacio para que las personas compartan criterios y preocupaciones
sobre asuntos fundamentales de Cuba.
En las dinámicas, dijo, que
queremos para democratizar más el país, para “ver cómo avanzamos en el concepto
de democracia dentro de la construcción socialista”, es muy importante dar
(desde los medios y de modo creativo) los espacios posibles de participación y
de control popular: Eso, recalcó, es un reto; eso es más fácil decirlo que
hacerlo, pero tenemos que asumirlo”.
amss/Tomado de Cubadebate
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