En una palangana vieja seguiré sembrando violetas para ti con la certeza de que la lluvia las bendecirá con su tintín, porque nunca deseaste otras flores y otras lágrimas cuando te echaras a volar definitivamente a la par del zunzuncito.
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| Foto tomada de Radio Cadena Habana |
Texto Rosa Pérez López
Audio Yanirys Vicente Legrá
Desde que el 11 de noviembre de 2013 hiciste la desacatada travesura de esconderte, te buscó en una botella rota, detrás del arco iris o metida entre las páginas de una Biblia o de un libro de Martí.
Podrás estar en cualquier parte, como la brisa o las estrellas, florecida como ese coralillo que se me enreda en el recuerdo de la tarde en que, a falta de café, en tu modesta casa me regalaste una puesta de sol.
Pero dondequiera que estés he de encontrarte, porque olvidaste deshacer el rastro de luz y fantasía que conduce a tus canciones. Olvidaste que el olvido no es posible cuando tengo aún la infancia acampando en tu voz y tu guitarra.
Y sobre todo olvidaste, Teresita, que en una palangana vieja también se puede sembrar la eternidad.
YVL
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