Hace mucho tiempo en Cuba el diecisiete de mayo decidió convertirse en sementera de de la historia patria. Abrió sus surcos a la esperanza del guajiro, para que el hombre de campo fecundara de sangre, de sudor y de sueños su noble cosecha de futuros.

Foto tomada de la página de la página en la red social Facebook de la Revista Bohemia
Texto Rosa Pérez López
Desde entonces mayo diecisiete se viste entre nosotros con ropa de labranza y sombrero de guano; y se levanta bien temprano para no renunciar a su protagonismo en esta leyenda que se cultiva a diario y asegura el sustento de un mejor porvenir.
Desde entonces mayo diecisiete ve ponerse el sol llevando en la mano el azadón que le arranca promesas a la tierra; y se reproduce diariamente transformando en jornadas laboriosas nuestro anhelo de que no nos falte jamás la primavera, porque hace mucho tiempo este día decidió convertirse en fructífera sementera de la historia patria.
YVL
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