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Juguetes y sueños vuelan a Guantánamo

Niños habaneros desde un céntrico parque enviaron quimeras, dijeron adiós a sus juguetes y ropas, para enviarlos a quienes lo perdieron todo en Guantánamo debido al huracán Oscar. 

Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez

Adán es muy pequeño, pero conoce bien la valía de la solidaridad, la compasión con los más afectados. 

Cuando su abuela Graciela Martínez Pino, le mostró imágenes y vídeos publicados en redes sociales, sobre las devastaciones e inundaciones provocadas por el huracán Oscar en Guantánamo y otras provincias orientales, el niño llenó una jaba enorme de juguetes. 

Decidió enviarlos a aquellos que lo perdieron todo, o casi todo.

Una de las fotos más impresionantes para él, fue la de un bebé rescatado de una casa tapada a mitad de altura por el agua. Brazos de socorristas lo sacaron por una ventana y lo llevaron hasta un bote.

Adán Sánchez Martínez, a veces acompaña a la abuela al trabajo, a la Casa del ALBA Cultural, de La Habana. Allí hablan mucho de valores promulgados por los comandantes Hugo Chávez y Fidel Castro. 

Eso y mediante explicaciones de la familiares y maestros, va asumiendo principios relacionados con la lealtad, patriotismo, compasión y respeto por los demás.

Empezó echando en un bolso los mejores juguetes. Luego fue necesario cambiar la jaba por una más grande, porque los donó prácticamente todos y también sumó ropa, lápices, libros de caligrafía, crayolas.

Fue imposible conversar con el pequeño, estaba mezclado entre juegos y canciones con decenas de amiguitos, quienes cada sábado, mientras los padres hacen las compras de la semana, disfrutan de diversiones y actuaciones de artistas en el parque ubicado en las calles de Línea y L, del municipio capitalino de Plaza de la Revolución.


Fue una jornada algo diferente, porque al Payaso Azul y a la conocida Ana Nora Calaza, Premio Nacional de Televisión, con sus títeres, se sumaron Carlos Alberto Cremata (Tin) y La Colmenita. Ellos llegaron en un ómnibus gigante, bello, como si fuera una enorme carroza cargada de sueños.

La mañana devino en un gran jolgorio. Incluso salió hasta el sol, escondido hacía días por nubes y lluvias.

Llegó Israel Rojas, el cantante de Buena Fe, quien por cierto es guantanamero y abrazó a mucha gente.

Desde una casona amarilla ubicada casi al frente del parque, salió Gerardo Hernández Nordelo, el Héroe de la República, otro hombre con muchas virtudes, porque fue capaz de sufrir largos años de prisión en Estados Unidos, siendo inocente. 

El único supuesto “delito” cometido por él y sus cuatro hermanos de causa, fue salvar a Cuba de terroristas, esbirros pagados por gobiernos norteamericanos y países lacayos, instruidos para venir a poner bombas en hoteles y cometer otros sabotajes.

La iniciativa de acopiar muñecos, carritos, vestuario y útiles escolares fue de muchos, entre ellos Pedro Lizardo Garcés, el presidente del Consejo Popular Rampa, alguien muy inquieto, trabajador, siempre ocupado por tratar de resolver problemas de la vecindad.

Con Pedro sí conversamos y explicó cómo todo surgió de una convocatoria de La Colmenita, denominada “Un juguete para mi amiguito”, muestra de cariño de los habaneros.

Definió de masiva la asistencia de padres e hijos a este encuentro, nombrado en esta ocasión: “La feria de los sentimientos”.

- Solamente por el momento infantil destinado a los más pequeños, valen la pena estos instantes sabatinos.

- Claro. Sí. Es un espacio esperado por los de menos edad, quienes también arrastran a toda la familia, respondió.

Entre la muchedumbre había un bebé en coche. Miraba a todas partes a aquellos un poquito más grandes, retozando, divirtiéndose y compitiendo mediante esparcimientos promovidos por payasos.

Una abuela era incapaz de sostener el saco repleto de donativos y a la vez atajar, sujetar a tres muchachos.

A veces el corazón late a otro ritmo, y la vida diversifica colores. Son intervalos colmados de emociones, pasiones y afectos, en los cuales asoma un poco de luz, luego de días tempestuosos.

Así ocurrió cuando salieron volando desde el corazón de La Habana, juguetes y sueños hacia Guantánamo, empinados por manos infantiles.

YVL

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