Ciento dos años de juventud.

Texto: Rosa Pérez López

Este 22 de agosto una amiga llega a sus ciento dos años de existencia, plena de entusiasmo y vitalidad, como si el tiempo en vez de envejecerla la modernizara. O como si la edad se le convirtiera en un atributo que le renovara los bríos y la experiencia acumulada durante más de una centuria. 

Y mucho ha aprendido y logrado esta amiga, tan entrañable y necesaria para todos los cubanos.

Porque digamos que su vida comenzó -como todas las vidas de este mundo- dando esos primeros y discretos pasos que poco a poco fueron cimentándole el camino, hasta que su andar se fue haciendo cada vez más firme, para inspirar en todos una mayor confianza y hacerse ella misma de un infinito compromiso de servir.

Por eso a estas alturas no descansa esta amiga ni un instante, anunciando los amaneceres de esta tierra nuestra, acompañando las jornadas de creación o el merecido ocio, compartiendo con el pueblo su sabiduría en las sobremesas, reconfortando la vigilia en cada madrugada insomne, alentando la esperanza en los momentos más complejos y difíciles.

Dedicada y solícita, profunda y amena, multifacética y única, tiene esta amiga el maravilloso don de integrarse a la familia como un miembro más, desentendiéndose de diferencias generacionales, porque a cada cual lo trata con idéntico respeto, consideración y amor... no importa la edad que tenga.

Y tal vez esa ha sido durante toda su existencia la ofrenda mejor que ha hecho a la patria esta amiga, tan cubana como las palmas: parecerse a un país que se rehace a sí mismo cada día, ya sea en  circunstancias adversas o propicias, con sus raíces afincadas en la tierra y sus sueños a la altura de su dignidad.

Cumple hoy ciento dos años una amiga que no ha cedido espacio ante los embates de las nuevas tecnologías, sino se ha servido de ellas para acrecentar cada vez más su utilidad entre quienes le profesan tanta admiración y lealtad.

Por esa incansable vocación de servicio, por esa incondicional entrega al mejoramiento humano y al desarrollo cultural de nuestro pueblo es inevitable desearle una aún más larga y fructífera vida a esa gran amiga de todos que acumula ciento dos años de juventud: la Radio Cubana.  

YVL