Buena Fe en su concierto en Madrid. Foto: Tomada de Cubainformación por Granma
“¿Cuándo nos volvimos locos?”, es la pregunta que
se hace Israel Rojas, director de Buena Fe,
al regresar a Cuba tras una gira por
España; que fue escenario para algunos de los hechos más lamentables que han sufrido
artistas cubanos en los últimos tiempos.
El odio y el extremismo político de algunos
cubanos residentes en aquella nación provocaron la cancelación de varios de los
seis conciertos que originalmente incluía la ruta. Las agresiones que venían anunciándose
desde las redes sociales alcanzaron el plano físico: “Llegamos a pensar que realmente
nos podría pasar algo”; explicó Rojas este domingo, en un encuentro sostenido con
miembros de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y periodistas. “Llegamos
a una España que, como el resto de Europa, se está inclinando hacia la derecha;
donde están proliferando las tendencias fascistas y, tristemente, cubanos que viven
allá se están uniendo a ellas”.
Yoel Martínez, segunda voz del dúo, declaró
a los presentes que no pretenden que se les vea como “los más bárbaros ni los más
valientes, porque no lo somos”; pero que es imprescindible que se divulgue y se
estudie lo que sucedió, pues no han sido los primeros y, según las declaraciones
públicas de estos personajes, no serán los últimos.
“Cuando te pones a ver quiénes son los cubanos
que se están tratando de unir a partidos como Vox, muchas veces son músicos o bailarines
educados en nuestras escuelas”, explicó Rojas, antes de sentenciar que “algo no
hemos hecho bien en la Educación Artística, si tantos son capaces de tener ese odio
hacia Cuba”.
El dúo comparó su caso con lo sucedido en
la ciudad de Miami al Team Asere, donde fueron los propios cubanos quienes insultaban
y agredían a los jugadores. “Es lamentable la imagen que se está dando de nuestra
gente”, concluyó sobre este tema Martínez.
Rojas hizo referencia a la necesidad urgente
de formar alianzas y tomar medidas para proteger a los creadores cuando salen fuera
del país, pues la vulnerabilidad jurídica de estos en el extranjero los pone en
una evidente y peligrosa posición de desventaja. “Tenemos que estar preparados,
eso es una maquinaria de destruir reputaciones, y si no eres fuerte, te acaba mentalmente.
A nosotros, más que el miedo al daño físico, lo que nos afectó fue sentirnos desprotegidos.
No puede pasar que te subas a un escenario con el temor de que te den un botellazo”.
Pero la experiencia vivida por Buena Fe deja lecciones valiosas, y más
positivas. La primera es que Cuba no
está sola; pues cuando parecía que la gira no tenía salvación, se levantó un movimiento
de solidaridad conformado por personas de todas las edades, cubanos o no, de izquierda
o no, conocedores de la agrupación o no, que se enfrentaron a las injusticias y
violencia que sufría el grupo.
La segunda lección es que la mala publicidad
no existe, pues, aunque terriblemente lamentables, los sucesos llevaron a que personas
que jamás habían oído a Buena Fe conocieran
su música y se acercaran a Cuba en un
ámbito mucho más abarcador que el político: la cultura. En cuanto a los integrantes,
demostraron que “aunque hay disímiles maneras de estar muerto”, siguen dando guerra,
son sobrevivientes.
Susana Besteiro Fornet
amss/Tomado
de Granma
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