A un año del Día Cero de la Operación Especial

 

Una mirada desde La Habana al conflicto entre Rusia y Ucrania, que pudiera definir el destino del mundo

 
Ricardo R. Gómez Rodríguez
 
Fotos: Cortesía de familiares de personas citadas y de la Embajada de Rusia en Cuba
 
Pudiera parecer lejana la distancia de unos nueve mil kilómetros desde La Habana, hasta Rusia; pero lo que acontezca en ese país y sus alrededores preocupa e influye en Cuba. Históricos lazos sociales, económicos, culturales y gubernamentales, hablan de ello.
 
La geopolítica en el mundo es como un gran juego de ajedrez, el más mínimo movimiento puede ser decisivo en cualquier parte del tablero. Y para proteger las piezas, hay que ser verdaderos estrategas.
 
Algunos esgrimen la frase de que la mejor defensa, es una inteligente ofensiva. Sin embargo, los cubanos odiamos la guerra y tenemos ansias de convertir a América Latina y al planeta en zona de paz. Un mundo mejor es posible siempre y cuando se respeten la integridad territorial; el multilateralismo; la concordia; la soberanía; y sobre la mesa sean discutidos y resueltos los litigios, como hacen los buenos ajedrecistas.
 
Si hay un pueblo que sufrió en carne propia los horrores de la Primera y Segunda Guerras Mundiales, es el ruso. Dicen que cada familia perdió a un ser querido; por eso jugaron, y aún tienen rol protagónico en la lucha contra el fascismo, la beligerancia, el terrorismo.
 
De los horrores de la guerra saben bien dos ciudadanas rusas que viven en Cuba. Una tiene 98 años, aunque dice su cuidadora (Neri) que goza de buena salud. Se llama Lidia Somsonova Alexseevba. Ella perdió a toda su familia, excepto a un hijo, en el trágico bloqueo de las hordas fascistas nazis a la entonces ciudad de Leningrado; el más prolongado de la historia a lo que es hoy San Petersburgo.
 

Lidia Somsonova Alexseevba


La otra sobreviviente es Nina Borisovna Zubareva, quien tenía entonces siete años y vio fallecer a su abuela y arriesgar la vida del padre que iba cuando terminaba el trabajo en la fábrica hasta la casa de campo a buscar alimentos, bajo el asedio a bombas. Nina hace poco cumplió 89 años y fue felicitada por representantes de la Embajada de Rusia. Vive junto a su hermana menor Sofía, en la zona de El Calvario, en el municipio Arroyo Naranjo, en La Habana.
 

Nina Borisovna Zubareva, en su cumpleaños.


Durante el bloqueo que duró 872 días hasta enero de 1944, murieron más de un millón 200 mil personas; el 90 por ciento por hambre. Los rusos no quieren volver a pasar por momentos tan trágicos como esos. Su pueblo conoce de cerca las barbaries de la guerra.
 
De ahí que el presidente Vladimir Putin calificara hace solo horas la llamada Operación Especial en Ucrania como “la única decisión posible para un país fuerte e independiente”.
 
A un año del inicio del conflicto que comenzó en la madrugada del 24 febrero de 2022, pongamos en contexto algunas verdades.
 
El expresidente Dmitri Medvédev acaba de afirmar en su canal en Télegram: “(…) en el último año nuestros militares restablecen el orden, la paz y la justicia en nuestra tierra, protegen a nuestra gente y aniquilan las raíces de neonazismo”.
 
Agregó: “alcanzaremos la victoria (…) Todos queremos que esto suceda lo antes posible. Y ese día llegará”; y recalcó la importancia de “cumplir todos los objetivos de la operación militar especial; alejar las amenazas de las fronteras de nuestro país lo más posible, incluso si se trata de las fronteras de Polonia”, (…) lo cual será necesario “para que el mundo logre la tan esperada tranquilidad”. Según el exmandatario ruso, el avance de sus tropas obligará a los adversarios a entablar negociaciones “que serán difíciles y tensas”.
 
Todos estamos claros que repletar de bases militares los límites fronterizos de una nación, como hizo en la última década la Organización del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por los Estados Unidos y aliados contra Rusia, es inapropiado, erróneo y sospechoso en las circunstancias actuales.
 
La OTAN tiene cuatro grupos de combate multinacionales del tamaño de un batallón en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia, que operan de forma rotativa. Cada uno está dirigido por el Reino Unido, Canadá, Alemania o Estados Unidos, y contiene tropas de varios países miembros. La alianza dijo hace pocos que los cuatro grupos son “fuerzas robustas y listas para el combate”.
 
Seamos más específicos, revisando el mapa que adjuntamos, difundido por medios periodísticos que responden a intereses occidentales.
 
A un año del conflicto, mensajes que dejan claro el contexto
 
Los discursos de las dos partes en beligerancia en el primer aniversario de la guerra, dan posibilidades de que cada cual saque conclusiones. Volodímir Zelenski, presidente de Ucrania, proclamó que “la victoria será inevitable” si la coalición internacional anti-Putin permanece unida “como un puño”, sigue entregando armamento; y agradeció a quienes en esta etapa soportaron el conflicto, están en el campo de batalla, salvan vidas o dieron apoyo a su país.
 
Por su parte Vladimir Putin contextualizó que estuvieron durante años negociando pacientemente una salida pacífica a este conflicto tan difícil, pero a sus espaldas se estaba preparando algo totalmente diferente. Señaló que las promesas de los países occidentales y sus garantías eran una falsa, una cruel mentira. Acotó que con esas naciones simplemente estaban ganando tiempo, creando confusión y haciéndose de la vista gorda ante asesinatos políticos y represión del gobierno de Kiev contra los no deseados, intimidando a los creyentes, animando una vez más a los neonazis ucranianos a llevar a cabo actos terroristas en la zona del Dombás.
 
Antecedentes
 
En diferentes escenarios, el Gobierno ruso criticó y llamó a conversaciones diplomáticas y realizó visitas a territorios involucrados para evitar la ampliación de la OTAN en momentos posteriores a 1997. En la última década los diálogos se intensificaron con varios países y en organizaciones internacionales en las cuales Rusia pedía evitar el acoso a sus fronteras.
 
El 21 de febrero de 2022 Rusia reconoció a la República Popular de Donetsk y a la República Popular de Lugansk, dos estados autoproclamados independientes en la región de Dombás en el este de Ucrania; y envió tropas a esos territorios, según explicaron, para proteger a la ciudadanía, la gran mayoría de ascendencia rusa, la cual era instigada constantemente por neonazis. Al día siguiente, el Consejo de la Federación autorizó por unanimidad a Putin a utilizar la fuerza militar fuera de las fronteras.
 
Verdades que salen a la luz
 
Hay realidades que transparentan el escenario a un año del inicio de las acciones:
Este propio mes de febrero, el reconocido reportero estadounidense Seymour Hersh, hizo una importante revelación en su blog personal mediante el artículo ¿Cómo Estados Unidos eliminó el oleoducto Nord Stream?
 
Hersh, ganador del Premio Pulitzer en 1970, afirmó que fueron buzos de la Marina estadounidense quienes colocaron los explosivos bajo los gasoductos Nord Stream, de Rusia, en junio de 2022, que suministraba el vital renglón a Europa.
 
Según una fuente familiarizada con el tema, la operación se llevó a cabo bajo la cobertura de ejercicios BALTOPS 22 de la OTAN. Tres meses más tarde los dispositivos fueron activados de forma remota para destruir los gasoductos.
 
¿Quién se beneficia con este hecho?, ¿quién desea convertirse en el principal suministrador de gas a esa región, a un precio mucho más caro?: Estados Unidos.
 
Según lo publicado, “Biden decidió sabotear el Nord Stream después de más de nueve meses de discusiones secretas con el equipo de seguridad nacional de Washington, abordando diferentes maneras de hacerlo con el fin de encontrar la mejor.”
 
Durante gran parte de ese tiempo, el problema no era si efectuar o no la misión, sino cómo llevarla a cabo sin dejar pruebas evidentes “de quién era el responsable”, aseguró Hersh. Teniendo en cuenta que las explosiones ocurrieron en medio de las hostilidades entre Moscú y Kiev, “cualquier acción que pudiera atribuirse a la administración violaría las promesas de EE. UU. de minimizar el conflicto directo con Rusia. El secreto era esencial”.
 
Otra de las denuncias que Rusia reiteró antes se confirman ahora sobre la existencia de biolaboratorios montados en Ucrania por el Departamento de Defensa de Estados Unidos para realizar experimentos extremadamente peligrosos y desarrollar armas biológicas mediante el reforzamiento de propiedades patógenas de la peste, el ántrax, la tuleramia, el cólera y otras enfermedades mortales, recurriendo a la biología de síntesis.
 
En marzo de 2022, el embajador ruso ante la ONU, Vasili Nebenzia, dijo que su Ministerio de Defensa tenía documentados al menos 30 laboratorios. Casi nadie lo creyó.
 
Poco después la subsecretaria de Estado norteamericana, Victoria Nuland, reconoció la existencia de laboratorios en Ucrania; aunque en una audiencia ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, la funcionaria calificó las acusaciones como una “clásica técnica rusa para culpar a otros por lo que planean hacer ellos mismos”. Luego señaló, de manera contradictoria, que las fuerzas rusas podrían intentar tomar el control de esas instalaciones y por eso Estados Unidos trabajaba junto a los ucranianos para evitarlo.
 
El Gobierno ruso señaló que la Casa Blanca dedicó más de 200 millones de dólares al desarrollo de la red de tres decenas de laboratorios biológicos al servicio del Departamento de Defensa del país Norteamericano.
 
Después del 24 de febrero, cuando Moscú lanzó su operación militar, Kiev ordenó la destrucción de forma precipitada de las evidencias en dichos laboratorios; aseveró el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov.
 

Guerra mediática, bloqueo de libertad de prensa
 
Como casi todos los países, hace un año, Rusia dependía mucho de medios estatales como RT y Sputnik para difundir argumentos sobre el conflicto.
 
Plataformas como Facebook y Twitter respondieron añadiendo etiquetas a las cuentas de medios rusos y funcionarios del gobierno. Hoy desde Rusia es casi imposible acceder a tales medios, según confirmas personas a las cuales este reportero tuvo acceso.
 
Cuando la Unión Europea pidió vetar a los órganos de prensa estatales rusos, YouTube respondió bloqueando los canales de RT y Sputnik. TikTok, propiedad de una firma china que ahora tiene sede en Singapur, hizo lo mismo.
 
Mal andamos si pretendemos que en medio de un conflicto, solo se oiga una voz.
 
Sanciones, medidas punitivas… ¿A quién afecta la guerra?
 
Las órdenes a embajadores estadounidenses en varios países son claras y van dirigidas a sumar a las naciones a las sanciones contra el Kremlin, aunque expertos aseguran que esas medidas punitivas tienen efectos devastadores para la economía global.
 
Se incluyen intentos de expropiación de reservas de divisa rusas y oro en bancos internacionales; una mala práctica contra supuestos enemigos.
 
El actual conflicto bélico causó un aumento generalizado de incertidumbre en el sector alimentario, energético y comercial a nivel global.
 
Cito datos ofrecidos hace pocas horas en un artículo por Eddy Mosquera, periodista internacional de Caracol Radio:
 
Rusia y Ucrania son parte de los países claves para la cadena alimentaria global dada su producción de fertilizantes y exportación de productos como cereales, aceites, granos, lácteos. La continuidad de la guerra frenó parte de la producción y buena cantidad exportaciones, incrementando el valor de estos productos y sus derivados.
 
Según la ONU, el valor de los alimentos en el mundo subió un 50 por ciento en 2022 por déficit de esas exportaciones y problemas en la importación de fertilizantes. A su vez, la crisis generada previamente por la pandemia del coronavirus se sumó a la guerra, causando que 345 millones de personas de 82 países entren en una situación de inseguridad alimentaria de alto riesgo.
 
En cuanto al Comercio, de acuerdo al Fondo Monetario Internacional (FMI), el crecimiento global en 2021 fue del 6.0 por ciento; en 2022 cayó al 3.2 por ciento; y los efectos del conflicto proyectan solo un crecimiento del 2.7 por ciento en el mundo en 2023.
 
El FMI destaca que para América Latina la situación casi disminuyó a la mitad, pasando del 3.5 por ciento en 2022 a un pronóstico del 1.7 por ciento, en 2023.
 
La inflación también aumentó en el último año y tomó más fuerza debido la crisis causada por la Covid-19. A mediados del 2021 el mundo registró un 4.7 por ciento de inflación, y al cierre del 2022 llegó al 8.8 por ciento.
 
Rusia es uno de los países que más exportan gas, petróleo y carbón.
 
La misma fuente citada informa en su reporte que de acuerdo a Naciones Unidas, si bien los precios mundiales de los combustibles estaban subiendo antes de la guerra, las operaciones bélicas entre Rusia y Ucrania hicieron que en 2022 el valor del barril de crudo pasara de costar una media de 73.57 dólares a llegar hasta los 130 dólares; lo que supuso un aumento de casi 48 por ciento entre enero y abril.
 
Agrega que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) destaca que Estados Unidos produce el 20 por ciento del petróleo utilizado a nivel global seguido de Arabia Saudita, y Rusia con el 11 por ciento.
 
Otro peligro en cierne es la sobreexplotación del carbón. La Agencia Internacional de la Energía (AIE) reporta que, por dejar de usar gas ruso, evitar altos costos de suministros de Estados Unidos y otras naciones, hay países que buscan formas alternativas de energía como el carbón, cuyo consumo superó por primera vez los ocho mil millones de toneladas en 2022.
 
En un conflicto bélico casi nadie gana en los tiempos modernos, excepto aquellos que los azuzan y promueven lejos de sus fronteras, para repletar las arcas con sangre ajena.
 
A solo una jornada del Día de Acción contra las Bases Militares de Estados Unidos y la Organización del Atlántico Norte (OTAN), al cumplirse 120 años de la instauración de la primera de ellas fuera de sus predios por parte de Estados Unidos, en la oriental provincia de Guantánamo, el mundo proclama por la paz, evitar cualquier conflicto y eliminar enclaves extraterritoriales de los cuales el imperio Norteamericano, junto a la OTAN, dispone de más de 800 en un planeta que intentan dominar.
 
amss
 
 

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