Hamburguesas y otros embutidos también se elaboran en la minindustria de esta empresa. Foto: Ernesto Ustariz
El presidente de la República,
Miguel Díaz-Canel, visitó en la mañana de este jueves la Empresa de Desarrollo de
Tecnología Acuícola, encargada de producir pescado para La Habana.
Ahí recibió una explicación de parte del
director Nelson Pérez, quien comentó sobre el proceso de revitalización de esta
entidad enclavada en el municipio Cotorro.
La inversión permitió recuperar los estanques
hasta llegar a 33 en funcionamiento, de tres que tenían produciendo el año pasado.
Actualmente, gracias a un crédito bancario, y con el empeño también del Contingente
Blas Roca, trabajan en el preparación de otros tres para completar los 36 de la
entidad.
El también Primer Secretario del Partido
Comunista de Cuba visitó algunos espejos de agua, donde se crían diversos tipos
de tilapia y claria, que deben aportar alimentos al balance provincial.
También cuentan con una estación de alevinaje
que permite surtir de peces para la cría intensiva y extensiva en esta empresa y
en 12 embalses de la ciudad.
El Presidente de la República, junto a las máximas autoridades capitalinas, recorrieron este centro destinado a la alimentación de la provincia. Foto: Ernesto Ustariz
El mandatario cubano recorrió,
además, una pequeña minindustria, que con el mismo pescado, permitirá la elaboración
de hamburguesas, embutidos y otros productos semi elaborados; y conoció de los proyectos
de investigación que se desarrollan, que pretenden convertirlo en centro de referencia
y expansión de la acuicultura.
Todo esto contribuye a la
ambiciosa meta de producir 500 toneladas en cada una de las formas de producción
(intensivo y extensivo), cuando la situación respecto a la comida animal sea más
favorable.
Esta entidad, que anteriormente producía
para la provincia Mayabeque, luego de esta revitalización y aumento de la producción,
debe contribuir a la alimentación de la capital.
Entre los centros recorridos esta mañana
por el Presidente de la República, estuvo la Quinta de los Molinos. Acompañado también
por las máximas autoridades de la capital y directivos de la Oficina del Historiador
de la Ciudad, a la cual pertenece la Quinta, Díaz-Canel fue recibido con mucho cariño
por sus trabajadores.
Un improvisado guía le explicó a Díaz-Canel y a Torres Iríbar el proceso de restauración de la Quinta de los Molinos. Foto: Ernesto Ustariz
Allí conoció de las transformaciones de
este espacio enclavado en la avenida Salvador Allende, conocida como Carlos III.
Ahora reconvertida en Mipyme, esta entidad busca “brindar servicios integrales científico-técnicos,
ambientales, culturales y de interpretación histórica, patrimonial y natural”.
El Jefe de Gobierno compartió con jóvenes
con necesidades especiales, que actualmente laboran en el centro y representan casi
el 30% de la plantilla. Y es que la conversión de entidad presupuestada a Mipyme
no significó el abandono de la proyección social que defendió Eusebio Leal, uno
de los artífices de esta obra.
Estos jóvenes, con Síndrome de Down, retraso
del aprendizaje o dentro del espectro autista, son el resultado de los talleres
de diversos tipos que aquí se imparten, y que han quedado laborando en la entidad.
Con esta experiencia, desde la Quinta también
se pretende capacitar a otros organismos para que acojan igualmente a personas con
discapacidad, a la par que sigue brindando talleres para contribuir a la inserción
social de personas con necesidades especiales.
Este pulmón verde también cuenta con otros
espacios, como un mariposario, un parque de energías limpias, y jardines donde celebrar
eventos y actividades.
Todo esto fue mostrado al Presidente, que
quedó complacido de la unión entre las características empresariales con la vocación
social del lugar, basada en el respeto a las personas y al medio ambiente, unido
a la preservación del patrimonio y la memoria histórica de la que son guardianes.
Casi en la despedida, Miguel Díaz-Canel
compartió en un ambiente más distendido con estos jóvenes, a la par que sembraba
un árbol, símbolo de esperanza para ellos.
Junto con los trabajadores, el Presidente sembró un árbol que se comprometieron en cuidar. Foto: Ernesto Ustariz
Ernesto Ustariz
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