Obra Mar de las Antillas, de Flora Fong, Premio Nacional de Artes Plásticas 2022. Foto: Tomada de Granma
De Martí aprendimos que solo el amor engendra
melodías; de Silvio, que la maravilla también es obra del sentimiento mayor. Hoy
sabemos que para vencer el odio no hay mejor antídoto que la savia del amor.
Cuba, su proyecto de país,
sus altos sueños y su destino socialista –único camino posible para aniquilar las
injusticias sociales– tiene un alma sagrada. Su alma es su cultura, su cultura es amor.
Embestir por todas las vías posibles su economía,
su prestigio y el de sus mejores hijos, la tranquilidad de su pueblo, procurando
desconciertos, desánimos y distorsiones es palabra de orden para las fuerzas del
mal, alentadas por un imperio que sabe de su bravura, y tiene sobradas pruebas de
sus sanas contumacias.
De esos ataques no se libra la cultura, como
tampoco ella cede, respondiendo a las líneas directrices del país, a bajar sus banderas.
Serias porfías tiene en Cuba la cultura, consciente de que sus creadores son “responsables”
de esa dicha del espíritu, que se nutre de una canción, una obra escultural, una
puesta escénica, un buen libro, un concierto o una danza.
Para que no se detengan los pasos que hacen
posible vivir en una isla animada por el arte, capaz de dejar boquiabiertos a no
pocos foráneos ante la masividad que adquieren en nuestros predios los sucesos culturales,
no dejan de seguirse los acuerdos de un Congreso –el IX de la Unión de Escritores
y Artistas de Cuba (Uneac)–, celebrado hace poco más de tres años, como no se quedaron
las instituciones culturales cruzadas de brazos durante los dos años de pandemia.
La alternativa virtual ganó espacio, salió el sol por donde pudo; pero las luces
de la cultura, lejos de atenuarse, hallaron nuevos escenarios para llegar a sus
públicos.
Marcado por el vencimiento rotundo sobre la
pandemia –sin que ello signifique descuidar la responsabilidad para continuar disfrutando
la indiscutible victoria del país– el año 2022 ha estado asediado por intimidaciones
colonizadoras que procuran llegar a los recintos de la cultura. La provocación ha
tenido respuestas.
En torno a estas actitudes y a lo que necesariamente
habrá que seguir haciendo, Miguel Díaz-Canel, primer secretario del Comité Central
del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, en el II Consejo Nacional de la Uneac,
avaló que “nuestra vanguardia artística y cultural se distingue por haber librado
siempre una larga y profunda batalla contra la colonización cultural”, y aseguró
que si bien “la histórica selectividad de la Uneac ha sido un filtro purificador
de rechazo al consumo cultural acrítico, banal y empobrecedor”, no basta cerrarle
la puerta, sino que “es preciso crear, mostrar, viralizar la genuina y poderosa
cultura cubana y también universal, en todos los ámbitos, para ganarle la pelea
a la mediocridad”.
En la ocasión, el Presidente cubano ponderaba
–entre otras– algunas propuestas televisivas como Duaba. La Odisea del Honor; Lucha
contra bandidos; Entrega y Calendario (esta última del presente año, una serie cuya
realización significó una verdadera proeza dado el contexto en que se llevó a cabo),
y considerando el auge que ha ido tomando la producción audiovisual y dramatizada,
el cine y el teatro, aludía a la fuerza con que llegaban al cubano las obras cuando
tienen calidad y la capacidad para despertar los más bellos sentimientos.
Ni Cuba ni su cultura se han amilanado frente
a embates vergonzosos destinados a triturarla. A pesar de los tantos pesares, este
2022 cubano quedará en la historia mundial como un año engalanado con verdaderas
epopeyas en las arenas del arte.
La 30 Feria Internacional del Libro de La Habana;
la 3ra. Bienal de Diseño de La Habana; la 14 Bienal de La Habana (en su etapa conclusiva);
la 25 Feria Internacional Cubadisco; el 27 Festival Internacional del Ballet de
La Habana Alicia Alonso; el 43 Festival de Cine y la 24 Feria Internacional de Artesanía
y de Regalos, son solo algunos de los más visibles espectáculos presenciados en
este archipiélago alegre que protagoniza, con las puertas abiertas, su cultura.
Celebraciones como el centenario de la Radio cubana y los 50 años del Movimiento
de la Nueva Trova, por solo citar algunas, fueron fechas agasajadas durante todo
el año.
Hacia finales de enero de 2023, justo del 24
al 28, tendrá lugar en La Habana la V Conferencia Internacional por el Equilibrio
del Mundo, Con todos y para el bien de todos, Diálogo de Civilizaciones. En el año
en que se celebra el aniversario 170 del natalicio de José Martí, cada nueva batalla
cultural tendrá sus luces y su pensamiento.
El hombre de La Edad de Oro, el poeta de encendidos
versos, el autor de un ensayo como Nuestra América, el antimperialista cabal será
revisitado por las instituciones culturales cubanas, y será recordado en el mundo,
por cuyo equilibrio ofrendó sus mejores energías.
Cuba, que en la nobleza de sus objetivos lleva la
estrella martiana, resiste, disfruta y vence con las aladas fuerzas que la conforman.
Su historia
la sostiene; su cultura la vivifica.
Madeleine
Sautié
amss/Tomado de Granma
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