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Mayito, protagonista anónimo


Texto y foto: Ricardo R. Gómez Rodríguez

Ese joven que lleva el pullover rojo, a la izquierda; y está trazando estrategias junto a Díaz Canel, Morales Ojeda y Torres Iríbar, es Mayito. Apenas lo conozco. Hemos intercambiado escasas palabras en entrevistas. Pero cuando me lo presentaron como director general de la Empresa Eléctrica de La Habana y lo escuché hablar con tanta seguridad de su labor, sentí esa vanidad que te hace creer: con muchachos como estos, podemos echar la pelea.

Las ojeras del ingeniero Mario Castillo Salas en los últimos días eran profundas, es uno de los protagonistas anónimos de una hazaña. A sus espaldas estaba dirigir maniobras encaminadas a iluminar totalmente La Habana en tiempo récord para momentos de huracanes: seis días.

Serían jornadas extensas que iniciaban en la madrugada y terminaban muy tarde en la noche, alumbrándose con faroles hasta que el cansancio ya no permitía seguir trepando postes, cortando ramas de árboles a machete limpio, cambiando transformadores…

En una ocasión Luis Antonio Torres Iríbar, presidente del Consejo de Defensa Provincial, y el vicepresidente, Reinaldo García Zapata, conversaban en un paraje intrincado con linieros que laboraban en el Wajay, municipio Boyeros, el último reducto de la oscuridad. Les pedían que redoblaran esfuerzos y trataran de aprovechar un poquito más el día… Creo que se habían marchado a descansar alrededor de las seis o siete de la noche. Eso para ellos era temprano.

Las operaciones de los trabajadores del sector eléctrico son extremadamente complejas y demasiado riesgosas. Tienen que estar coordinando constantemente con el Despacho para cerciorarse de que las líneas donde laboran están sin corriente. Un fallo puede costarles la vida.

Ellos manejan los cables con la facilidad y destreza con la cual se cruza una trenza de pelo cualquier muchacha, o usa agujas de tejer una abuela.

Uno de estos días crudos de la recuperación, luego del azote del huracán Ian al occidente del país, me preguntó Mario Castillo:

- ¿Tienes algún cargador de teléfono para que se despierte mi celular?... perdió toda la carga.

- Pero si son las nueve de la mañana…, riposté.

- Es que llevo días tirándome de la cama a las tres y me acuesto después de las 12 de la noche. Es cuando empiezo a llamar a todo el mundo. No doy tiempo a que cojan fuerza las baterías.

Mayito regresó a recoger el teléfono a los 20 minutos. Sólo tenía un 19 por ciento de carga.

- ¿Pero te lo vas a llevar así?, increpé.

- Uuufff… Así como está yo resuelvo una “pila” de problemas.

Hay quienes dicen que los que están vinculados al sector eléctrico son los que quitan la luz; sin embargo, estoy en el bando de los que piensan que la gente de Mayito son precisamente mujeres y hombres de luz.

amss

 

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