Foto: Endrys Correa Vaillant
En una
declaración titulada Ante la Cuba virtual, la Cuba real, Casa
de las Américas argumenta que “el mismo Estado que llaman 'fallido' convocó
valientemente, hace apenas una semana, al referendo sobre el muy avanzado
Código de las Familias', apoyado por la mayoría inequívoca del pueblo cubano, y
que unas horas después se convirtió en Ley.
Recuerda que
“este proyecto inclusivo, gestado desde la participación popular, tuvo que
atravesar una feroz campaña de satanización desde supuestos preceptos morales y
religiosos. Tampoco faltaron manipulaciones abiertamente políticas. Nada de
esto impidió el triunfo del sí, reflejado de modo pálido y reduccionista en la
prensa hegemónica”.
Coincidiendo
con la puesta en vigor del Código, “un huracán arrasador azotó la región
occidental de Cuba, y su estela dejó decenas de muertos en los Estados Unidos.
Es doloroso y difícil, para cualquier país que sufra tal contingencia, volverse
a levantar, atenuar el sufrimiento de los damnificados, intentar recuperarse de
los daños y avanzar”, afirma el texto.
Puntualiza
que “para Cuba –estrangulada económicamente y calumniada durante décadas– el
desafío se multiplica. Solo la incontestable decisión de destinar los escasos
recursos del país a que nadie quede desamparado y la convicción de que
únicamente con la participación y el respaldo del pueblo es posible salir
adelante, pueden explicar que de nuevo logremos sobreponernos, sin dejar de
pensar en ir mucho más allá”.
Sentencia el
pronunciamiento que: “Mientras personas y organizaciones de todo el mundo han
expresado su solidaridad y ofrecido apoyo concreto a Cuba, mientras gobiernos
hermanos han brindado asistencia y amigos como los de The People's Forum han
reclamado desde las páginas del New York Times al presidente Biden que dé
muestras del más elemental espíritu humanitario, y no obstaculice el propósito
de la Isla de levantarse con sus propios esfuerzos, otras voces han aprovechado
la tragedia para instalar la matriz de opinión de que nuestros males y las
dificultades para enfrentarlos son consecuencia de la incapacidad del Gobierno
de Cuba”.
Casa de las Américas apunta que “quieren capitalizar
el lógico malestar de ciudadanos privados de servicios básicos con la esperanza
de que la naturaleza logre, por fin, lo que no han podido tantos intentos
desesperados de destruir la Revolución”.
Por eso,
sostiene Casa de las Américas, ahora
politizan reclamos espontáneos, mueven a través de las redes histéricos y
agresivos discursos de odio, incitan a la violencia callejera, se oponen a la
más mínima flexibilización del bloqueo y siguen al pie de la letra el guion del
golpe blando.
“Se cumplen
dentro de pocos días 60 años de la Crisis
de Octubre, tal vez el momento de mayor riesgo vivido por el proceso
revolucionario, de aquellas jornadas en que –a decir del Che en su carta de
despedida– Fidel brilló como pocos estadistas en la historia. Otra vez el
destino nos ofrece la alternativa de rendirnos ante adversidades y amenazas o
imponernos a ellas con imaginación y audacia. Ningún 'Estado fallido' podría
soñar con la segunda opción; ningún pueblo digno lo apoyaría”, sentencia la
declaración.
“Hoy la Cuba tantas veces difamada se va
recuperando de los estragos causados por el huracán. En lugar de la represión
que se atribuye al fabricado 'país virtual', en el 'real' las autoridades
recorren permanentemente las zonas afectadas y dialogan de manera directa con
los ciudadanos. Como en todas las coyunturas difíciles, la solidaridad,
principio básico de nuestra convivencia, pasa a primer plano. La abrumadora
mayoría del pueblo defiende el principio que está en el umbral de la nueva
Constitución aprobada en abril de 2019: 'Cuba es un Estado socialista de
derecho y justicia social, democrático, independiente y soberano'”.
C
amss/Tomado
de Granma
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