Si Titón es el más grande director de cine cubano de todos los tiempos, o no, es un conflicto que escapa al objetivo de nuestro episodio. Idolatrada por algunos, sobrevalorada por otros, no cabe dudas que la obra de Tomás Gutiérrez Alea se inscribe con ribetes dorados en la historia del audiovisual patrio.
Más de una veintena de largometrajes, cortos y documentales integran la filmografía de este cineasta habanero, nacido el 11 de diciembre de 1928, y formado en el Centro Sperimentale di Cinematographia de Roma.
Autor del mítico documental El mégano, codirigido con su compañero y colega de estudio en Italia, Julio García Espinosa; Gutiérrez Alea forma parte del núcleo fundacional del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos, ICAIC, del que fue uno de sus puntales.
Titón prestaba especial atención a las bandas sonoras de sus obras cinematográficas. De su unión con el mítico músico Leo Brouwer nacieron los sonidos de filmes antológicos como Memorias del subdesarrollo, La muerte de un burócrata, La última cena o Los sobrevivientes.
No obstante, el genial cineasta también puso la sonoridad de sus obras a los pies del talento de otros compositores como Gonzalo Rubalcaba o José María Vitier. De la unión con este último nació la música de Fresa y chocolate, uno de los grandes clásicos del séptimo arte en la Isla.
En esta ocasión, SONOGRAMAS les invita a viajar por obras clásicas del cine cubano, gracias a las bandas sonoras de las películas dirigidas por Tomás Gutiérrez Alea, el inolvidable Titón…
nyr/Texto y fotos RR