Desde los primeros capítulos de una telenovela resulta muy difícil predecir más allá de lo que podemos observar a través de los diálogos y las actuaciones como una premonición de un buen comienzo, atractivo y confabulador si tenemos en cuenta que las subtramas ya esbozan conflictos que vivimos en cualquier núcleo de la familia cubana actual.
Los hijos de Pandora bajo la dirección del reconocido Ernesto Fiallo, se apoya en la experiencia de actores como Paula Alí, como la abuela Petra, tiene entre los más jóvenes a Rodrigo Gil, Alain Aranda, Yohandis Aballe y Alejandro Cuervo, los cuales deberán sortear en cada uno de sus 50 capítulos, de 45 minutos de duración, los escollos o aciertos del guion a cargo de Ariel Amador y Nubia Viera, los cuales serán sometidos al escrutinio de un telespectador cada vez más avezado para discernir entre un producto banal y otro consecuente con los requerimientos artísticos de este tipo de audiovisuales.
Desde el título se hace alusión al mito de Pandora lo cual equivale al desafío de mostrar la esencia de las situaciones que generan los sentimientos de rencor, odio y la ira, aunque también se reserva la posibilidad de describir y disfrutar de otros muy positivos que ya se advierten a través de la interacción de sus personajes.
Por su parte, Fiallo subrayó que en esta nueva producción repite la experiencia de volver a segundas partes en cuanto a la dirección de un elenco de actores que estuvieron en la novela Vuelve a mirar (2021), y del equipo técnico con el cual sostuvo una fluida relación de trabajo.
De alguna forma este elemento de experiencia compartida sostendrá las bases del camino ya mostrado en los primeros capítulos con una banda sonora a cargo de Ray Fernández e Isis Flores que sí reitera, en la voz de Raúl Paz (tema de presentación y despedida) la presencia de un complemento repetitivo; aun cuando
sus letras inteligentes complementan las diferentes historias que surgirán entre los hijos de Pandora.
En próximas ediciones tendremos, tal vez, la posibilidad de compartir una experiencia distinta a la vivida en la reciente telenovela Tan lejos y tan cerca, que subió un tanto la vara entre las más recientes producciones de este tipo que llegan a la pequeña pantalla, aunque ambas producciones se realizaron en medio de un escenario determinado por la lucha contra la COVID-19.
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