Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez
Don Quijote y su caballo, este domingo no estaban solos en el céntrico parque de 23 y J, en el Vedado, sino rodeados de infantes de todas las edades, que acompañados de familiares celebraban el Día de los Niños.
Feliz iniciativa de autoridades de la ciudad, quienes convocaron a las Direcciones de Cultura, Deporte, a Restaurantes Habana y varios organismos, capaces de garantizarles una divertida jornada a los más pequeños.
Como nos enseñó Martí: “Para los niños trabajamos, porque los niños son los que saben querer, porque los niños son la esperanza del mundo”.
Payasos, declamadores y artistas de varias manifestaciones hicieron reír y bailar a los duendes enanos y también a algunos transeúntes que como todo buen cubano, echaron un pasillo al oír la música.
En las últimas semanas hemos sido testigos de la unión de voluntades por tratar de hacer la vida más llevadera a los habaneros. Como mismo realizaron ofertas especiales este domingo el Restaurante El Cochinito, el Siete Mares, la pizzería Buona Sera, céntricas instalaciones de la calle 23; varias plazas, parques y centros recreativos promueven actividades festivas y venta de productos gastronómicos.
Ese esfuerzo se agradece mucho más conociendo las duras limitaciones económicas, que afectan a la familia cubana.
Pasos de una sociedad que hace hasta lo imposible para que prevalezcan la paz, tranquilidad y la sonrisa.
Habría que preguntarse entonces, por qué estas iniciativas son promovidas con mayor intensidad en el verano y días especiales, por qué dejan de emplearse resortes, recursos, sistemas que tenemos en nuestras manos para que cada fin de semana en las plazas, playas, parques, casas de cultura y espacios artísticos y recreativos logren diversificarse servicios y ofertas para todas las edades.
Debemos aprender mucho de los pequeños. La vida podemos hacerla mucho más placentera si cada cual ayuda un poquito, si le vamos quitando poco a poco “un pedacito” a los problemas, como dice un alto dirigente de esta Isla.
Recuerdo una frase del escritos Paulo Coelho:…” Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea”.
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo