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El pueblo exige respuestas profundas, rápidas y responsables (+Foto)

El pueblo exige respuestas profundas, rápidas y responsables, así afirmó Miguel Díaz-Canel Bermúdez, al clausurar este 18 de diciembre las sesiones del Parlamento cubano.

Foto Ricardo R. Gómez Rodríguez

Texto: Ricardo R. Gómez Rodríguez

Temas trascendentes para la vida política, social y económica del país fueron abordados por Miguel Díaz-Canel Bermúdez, primer secretario del Comité Central del Partido y presidente de la República en el Sexto Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), en su Décima Legislatura.

A la sala principal del Palacio de las Convenciones capitalino, asistieron diputados residentes en La Habana, los demás lo hicieron mediante videoconferencia.

En la clausura, estuvo presente el General de Ejército Raúl Castro Ruz, líder de la Revolución.

Al referirse a la situación actual del país, Díaz-Canel aseguró que los parlamentarios en sus intervenciones fueron realistas y autocríticos, pero también reafirmaron la confianza en la capacidad de resistencia y victoria del pueblo cubano, porque, ¡La patria no se rinde!, sentenció.

Instó a seguir el principio de unidad, continuidad y resistencia creativa; unidad en torno al Partido, a la Revolución y al ideario marxista, martiano, fidelista. 

Así como a mantener la continuidad del legado histórico y de la obra que construimos,  para que, en medio de las carencias, se pueda crear, innovar y salir adelante.

El presidente de las Mayor de las Antillas señaló durante su intervención cómo nadie en Cuba necesita que le expliquen que la economía está en tensión: se siente en las colas, en el bolsillo, en el apagón, en el transporte que no llega y en el plato de comida que se encarece.

Venimos de años de decrecimiento del producto interno bruto, alta inflación, desabastecimiento, crisis energética y caída de ingresos externos, precisó.

Miguel Díaz-Canel Bermúdez comentó cómo en las comisiones, las cuales precedieron a la sesión plenaria, hubo un intenso debate sobre la urgencia de incrementar la producción nacional, para posicionarla como un pilar fundamental en el despegue económico.

Opinó que esa producción está lastrada por distorsiones, insuficiencias y trabas burocráticas que no acabamos de erradicar, y un país cuyas finanzas son perseguidas con saña, está obligado a gestionar con la máxima eficiencia sus ingresos en divisas.

Para enfrentar los problemas con los combustibles, las inversiones en la generación térmica, en la industria de medicamentos, en el transporte público, entre otros ámbitos.

El mandatario recordó cómo el Onceno Pleno del Comité Central del Partido, él expuso con total crudeza la situación económica y, al mismo tiempo, trazó un método de trabajo: estabilización macroeconómica, corrección de distorsiones y reimpulso productivo, no como consignas, sino como sistema de decisiones concretas, con plazos y responsables.

Y añadió: “Allí insistimos en tres ideas que hoy aquí ratificamos: no hay espacio para la administración resignada de la crisis. La estabilidad macroeconómica no es un lujo tecnocrático; es condición para que el salario valga, para que el mercado funcione, no para sí mismo, sino para garantizar una política social sostenible".

El Programa de Gobierno para corregir distorsiones no puede seguir siendo un documento de referencia: tiene que convertirse en la hoja de ruta obligatoria de todos los organismos, las empresas y los territorios”, precisó.

Insistió en los retos de reducir la vulnerabilidad energética y la dependencia de la importación de combustibles, recuperar capacidades productivas, en especial en alimentos, energía e industria básica y mantener a raya el déficit fiscal y la inflación, para detener la pérdida del poder adquisitivo del salario y de las pensiones.

El presidente cubano reconoció las enormes dificultades enfrentadas, agravadas por un bloqueo económico, comercial y financiero que asfixia de manera criminal, pero ¡Aquí no hay espacio para el derrotismo!, aseguró.

Convocó a una respuesta con mayor creatividad, mayor disciplina, mayor control y una lucha sin cuartel contra los lastres que nos frenan: burocracia, indolencia y corrupción.Expresó: “hemos sido testigos del antídoto natural de la Revolución para salvarse de los traidores.  

Y ese antídoto está en el pueblo, que tarde o temprano hace caer la máscara del simulador”.

Reflexionó acerca de la discusión y aprobación del Plan de la Economía, el Presupuesto, el Programa de Gobierno para corregir distorsiones y la Ley General de Ciencia, Tecnología e Innovación, entre otros temas.

Todos ellos, conectados por un desafiante entramado de tareas necesarias, para hacer frente a la compleja situación actual del país, a los riesgos y amenazas que se ciernen sobre la región latinoamericana y caribeña.

“Vivimos un momento extremadamente complejo para la economía y la vida cotidiana del pueblo, que exige respuestas más profundas, rápidas y responsables”, puntualizó.

En otro momento de su discurso Díaz-Canel manifestó que la ciencia no puede quedar en los laboratorios; debe convertirse en soluciones prácticas para la producción, la energía, la salud y la vida cotidiana del pueblo. 

Lo hizo convencido de que el país no tiene reservas infinitas de recursos materiales, pero sí tiene reservas de talento científico, técnico, el cual no siempre se aprovecha.

Al referirse a la decisión de aplazar el Noveno Congreso del Partido, la calificó como necesaria y oportuna porque permitirá cohesionar fuerzas, mejorar la situación de la nación, incrementar la confianza del pueblo y crear condiciones para un mejor y fructífero cónclave, capaz de consolidar la construcción del socialismo y el avance social.

El presidente de la República propuso que el año 2026 sea proclamado oficialmente como el “Año del Centenario del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz”, lo cual fue aprobado por el Parlamento.

YVL

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