El día que el yate Granma abrió el camino de la libertad

Las promesas siempre es preciso cumplirlas, sobre todo cuando en ellas está comprometido el destino de la Patria, que es como decir el porvenir de millones... y en la histórica Carta de México se había hecho una promesa.

Foto tomada del perfil De Zurda Team en la red social X

 

Por Rosa Pérez López

Rubricado por Fidel Castro en nombre del Movimiento Veintiséis de Julio, y de José Antonio Echevarría en representación del Directorio Revolucionario, en ese documento se había pactado con la historia el supremo compromiso de aquella generación: "En mil novecientos cincuenta y seis seremos libres o seremos mártires”.

Ya estaba por terminar el definitorio año en que se había decidido conquistar la libertad o pertenecer al sagrado martirologio de la patria, cuando la rotunda y valerosa alternativa sustentada por Fidel y José Antonio en México estaba por cristalizar.

Fue en la siempre acogedora tierra azteca donde varias decenas de valerosos jóvenes se alistaban para emprender la definitiva batalla por la independencia de Cuba tras varios meses de arduo entrenamiento militar y del aprendizaje del difícil arte de la guerra de guerrillas... porque esa vez no sería solamente en el llano donde se volcaría la rebeldía, sino en las serranías del oriente cubano.

Y sería el yate “Granma” el que trajera a bordo a ochenta y dos patriotas dispuestos a cumplirle a la historia la promesa de ser libres o ser mártires. 

Fue el segundo día de diciembre de 1956 cuando se produjo el desembarco de aquellos valientes con el pantano al pecho y poniendo a salvo a duras penas su armamento y algo de su impedimenta. 

Foto tomada del perfil Latido Izquierdo en la red social X

Llegaron uniformados con el color de los olivos: la gloriosa indumentaria del Ejército Rebelde, genuino precursor de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, para que desde entonces y para siempre nuestra heroica historia vistiera de verdeolivo.

YVL