El 21 de julio de 1957 a nuestra historia le nació un Comandante.
Texto Rosa Pérez López
Dicen que ya había andado un trecho forjador entre las pampas y la Sierra; que ya había reconocido el rostro hambriento de la América nuestra, y que por eso su nombre fue de los primeros en integrar la expedición que zarpó desde Tuxpan en pos de la esperanza.
Desde la costa agresiva al lomerío desafiante; desde el bautismo de fuego a la primera victoria se fue haciendo imprescindible su presencia de médico y soldado.
Y cuando su respiración asmática ya resonaba como una voz de mando; cuando su estampa guerrillera ensanchaba su espacio en la primera línea del combate, dicen que supremo jefe rebelde un día lo llamó sencillamente Comandante, y la flor más auténtica de la serranía le sembró una estrella en la boina negra y legendaria.
Ese 21 de julio de 1957 le nació a nuestra historia un Comandante.
El mismo del heroísmo en Santa Clara, en la Cueva de Los Portales y la Quebrada del Yuro.
El mismo Comandante que todavía ordena compañero y manda amigo en este cruento batallar que habrá de conducirnos hasta la victoria siempre.
Tomado de Cubadebate
YVL
0 Comentarios
Con su comentario usted colabora en la gestión de contenidos y a mejorar nuestro trabajo