Este Primero de Mayo unen voluntades de acción por Cuba y su pueblo, a más de 320 integrantes de la XVIII Brigada Internacional de Solidaridad y Trabajo Voluntario, con alta presencia femenina. Ellos asisten a la Plaza de la Revolución José Martí y celebran el Día Internacional del Proletariado
Texto y fotos: Ricardo R. Gómez Rodríguez
Valeria Chianese es de baja estatura, trigueña; soñó con conocer Cuba cuando era una muchacha y escuchaba hablar del Che Guevara, quien llegó a ser su gran ídolo, en la lejana Italia.
La colombiana Sormaría Vargas Méndez, lleva en la piel los rasgos del indio americano. Trajo consigo a la anciana mamá y pregunta mucho sobre los derechos otorgados por la Revolución desde 1959 a familias, niños y mujeres. Esos son los temas defendidos por ella.
La joven Reagan Houlbrooke tiene ojos claros, piel blanca y es muy alta, tanto que revisando sus perfiles la vimos jugando en canchas de voleibol, en la universidad. Hace un esfuerzo y habla en idioma español de las protestas, manifestaciones y mítines organizados por el Grupo Revolucionario Comunista, al cual pertenece en Reino Unido.
Todas integran la XVIII Brigada Internacional de Solidaridad y Trabajo Voluntario, convocada por el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP).
La mayoría son mujeres, de todas las edades. Vienen de 16 naciones. Conversamos horas antes de estar presentes en la Plaza de la Revolución José Martí, en el acto central por el Día Internacional del Proletariado.
Reagan, manifiesta pasión y solidaridad con esta tierra caribeña. Quiere conocer experiencias para desarrollar movimientos socialistas en su país europeo.
“Necesitamos aprender de las luchas antimperialistas… allá organizamos a los obreros, promovemos protestas, discursos y campañas donde apoyamos a Cuba, Palestina y Venezuela, e intentamos fortalecer la conciencia política”, comenta la muchacha.
“Tenemos el mayor respeto hacia los cubanos, apreciamos la capacidad de resiliencia, la manera de enfrentar batallas contra el genocida bloqueo de Estados Unidos”, agrega.
Soñar con Cuba, cumplir los sueños
Valeria Chianese es jubilada, fue maestra de italiano. Uno de sus mitos fue el guerrillero Ernesto Che Guevara y visitar la isla rebelde.
“Es mi primera vez aquí. Me encanta todo. El clima, la gente, pero principalmente el coraje y voluntad de perseguir los sueños de la Revolución, e imponerse a tantos problemas”, comenta y se ajusta una gorra verde olivo con una estrella roja.
“Cuando me jubilé, dediqué mis días a laborar en Génova con migrantes, quienes llegan de países pobres, donde hay guerras y muchas penurias. Ellos necesitan aprender el idioma, para buscar trabajo y vivir en Italia”, acota.
Luego explica: “La Asociación de Amistad con Cuba, de Milán, organiza cada año una brigada de solidaridad y traemos medicinas, juegos, juguetes, instrumentos musicales, pero lo fundamental es mucha fuerza, fuerza para vencer. Nosotros en Italia no la estamos pasando bien”.
Recuesta su pequeña estatura a una columna y vi humedecérsele los ojos, tras los espejuelos. Al fondo, junto a otras, también estaba su bandera nacional.
Por los derechos de los vulnerables
Por los derechos de los vulnerables
Sormaría Vargas Méndez cuenta relatos de atropellos, abusos, trasgresiones de los derechos de gente humilde. Por eso los defiende en una Comisaría de Familia, en Colombia.
“Para ello es necesario prepararse -apunta-, tener un título de abogado, psicólogo, o trabajador social”.
Habla a cerca de los espacios comunitarios creados, destinados a proteger a mujeres, las cuales sufren de violencia intrafamiliar.
“A ellas les enseñamos manualidades, labores artísticas, con el fin de sumarles conocimientos y así puedan sustentarse, generar recursos propios, cuando regresen a las calles. A veces aguantan maltratos por depender únicamente de la pareja”, señala.
Acerca de la actualidad en Colombia, abundó sobre la consulta popular promovida por el presidente de izquierda, dirigida a buscar la anuencia de la mayoría y tratar de aprobar una reforma, encaminada a mejorar las condiciones laborales.
“El Congreso no la aprobó, porque quienes lo integran son precisamente los dueños de los medios de producción y evitan beneficiar a los más desposeídos, con jornadas de ocho horas, pagos de días festivos, garantías de descanso”.
Conociendo parte de la realidad cubana.
Estas mujeres, conocieron en poco tiempo parte de la realidad cubana.
En el Campamento Internacional Julio Antonio Mella, del ICAP, en Caimito, ocurren muchos apagones y debido al déficit de energía eléctrica también falta el agua y les llega mediante pipas.
Una cosa es escuchar cuáles son los problemas ocasionados por el bloqueo de Estados Unidos a Cuba y otra, muy distinta, es vivirlos.
Sin embargo, en ninguna de las caras de los miembros de la Brigada Primero de Mayo vimos desaliento.
Aprovechan cada minuto para compartir realidades e intentar encontrar soluciones a conflictos inimaginables, por los cuales atraviesan sus pueblos.
YVL




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