Cuba vive, trabaja, resiste y crea bajo las bombas silenciosas de una guerra que tiene como objetivo principal la actividad económica. El objetivo es rendir por hambre y necesidades al pueblo, bajo el peso de la política criminal que fue delineada a grandes rasgos en el famoso Memorando de Mallory en 1960 y que en estas seis décadas solo ha escalado en agresividad.
Es responsabilidad del Estado y del Gobierno afrontar esa gravísima contingencia del modo más creativo. Y la dirección del país no descansa en función de sortear ese escenario de guerra económica que tan duramente impacta sobre la calidad de vida del pueblo., remarcó este viernes el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la clausura del Tercer Período Ordinario de Sesiones de la X Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en el Palacio de Convenciones de La Habana.En presencia del General de Ejército Raúl Castro, líder de la Revolución, el jefe de Estado subrayó que el proyecto socialista cubano no renuncia a enaltecer los mejores valores del ser humano, a pesar de las limitaciones económicas derivadas de crisis internas y externas y del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero que le impone Estados Unidos al país caribeño desde hace más de seis décadas.
Díaz-Canel recalcó que Cuba no libra una supuesta cacería de brujas contra las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), sino que el enfrentamiento es contra las ilegalidades y evasiones tributarias.
Para que todas las formas de gestión triunfen y se fortalezcan, debe prevalecer el orden y el control, aseguró el mandatario.
Reconoció que, en el afán con cumplir con los Lineamientos de la Política Económica y Social del VIII Congreso del Partido Comunista de Cuba, se aceleraron procesos, se impulsó la formación de mipymes, pero faltó firmeza en la exigencia de crear normativas con bases robustas e integrales para conducir el funcionamiento de estas formas de gestión.
Subrayó que los controles posteriores demostraron que muchos de esos negocios no respondieron a la confianza y honestidad depositadas en ellos por el Estado, así como también carecen de la transparencia que exige una sociedad mínimamente organizada.
Señaló que la compleja situación que atraviesa el país está reflejada hoy en todos los ámbitos de la economía y para superarla es necesario reforzar el enfrentamiento al delito, implementar acciones concretas, dejar los diagnósticos y pasar a la acción.
Esta es una batalla contra la ilegalidad y no contra las mipymes, reiteró el mandatario, quien recordó que estas se concibieron como actores económicos que complementaran al sector estatal, principalmente desde la producción.
Sin embargo, apuntó, hoy existe una gran distorsión, y buena parte de las formas de gestión no estatal se dedican a la comercialización de productos importados que, aunque resuelven algunas necesidades inmediatas de la ciudadanía, no aportan al desarrollo sostenible de la nación.
“Sigue siendo un reto que la empresa estatal socialista, junto al sector no estatal, avance a pasos acelerados, de manera integrada, en el desarrollo de los principales procesos productivos del país”, subrayó.
Tomado de periódico Granma
Leer: discurso periódico Granma Es hora de superar los diagnósticos y pasar a las acciones
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