En Palestina se está asesinando a niños, mujeres, ancianos. Y también se “mata la verdad”, cuando ya suman 38 los periodistas y trabajadores de los medios a quienes se ha arrebatado la vida durante los bombardeos israelíes
En la apertura del Onceno Congreso de
la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), tras rendir un minuto de
silencio por las ya miles de víctimas, volvíamos a alertar sobre el
peligro de genocidio contra un pueblo sometido por más de 70 años a una
usurpación dantesca.
Ya desde ese momento se podía intuir, por
las belicosas y gravemente discriminatorias declaraciones contra todo el
pueblo palestino de los personeros sionistas, que el ataque del
movimiento Hamás a Israel, cuyas víctimas civiles lamentamos con igual
dolor, sería manipulado por lo más cavernario de la derecha israelí.
El
turbio propósito que transpiraban era desmovilizar moralmente a los
defensores históricos de la causa palestina, presentar a esa comunidad
como verdaderas bestias de este mundo, para justificar el cumplimiento
de sus mezquinas ansias de despojar para siempre a ese pueblo de su
derecho a constituir un Estado propio, en armonía con sus vecinos.
En
Palestina se está asesinando a niños, mujeres, ancianos. Y también se
“mata la verdad”, cuando ya suman 38 los periodistas y trabajadores de
los medios a quienes se ha arrebatado la vida durante los bombardeos
israelíes.
Desde Cuba, víctima de agresiones militares y de las
mayores mentiras con las que se ha querido justificar la más larga y
lacerante agresión económica, financiera y comercial, la UPEC hace suyo
el compromiso de batallar por que la verdad se conozca y no se deje
morir; como tributo de honradez y justicia con los más de 10 000
inocentes cuyas vidas ya destrozó esta embestida criminal. Solo de esta
manera podremos despertar la conciencia mundial para que se condenen las
acciones de genocidio contra la población palestina en Gaza y otras
ciudades.
La prensa –periodistas, camarógrafos, fotorreporteros y
técnicos– al servicio de los medios de información, se involucra cada
vez más en los conflictos armados que se extienden por el mundo.
En
lo que actualmente ocurre en el territorio palestino de la Franja de
Gaza, suman cientos los involucrados en su cobertura y no pocos los
fallecidos por la masacre israelí.
Matar la verdad parece formar
parte del operativo sionista con el asesoramiento desde Estados Unidos y
el silencio y el apoyo cómplice de otros que se dicen muy defensores de
los más sagrados derechos de los seres humanos. Los comunicadores de
Gaza son los ojos de la guerra e Israel los ataca deliberadamente.
Según
el Sindicato de Periodistas Palestinos, 50 sedes de medios en Gaza han
sido destruidos. “La ocupación israelí está intentando asesinar a los
periodistas para tratar de disuadirnos de cubrir los crímenes que
cometen contra el pueblo palestino”.
También han sido “objetivos”
de la metralla israelí los familiares de los periodistas, como son los
casos del colega de Al Jazeera, Wael Dahdouh. Su esposa, dos de sus
hijos y su nieto pequeño fueron asesinados.
O el caso de Mohammad
Abu Hatab, del canal Palestine TV, y 11 integrantes de su familia,
entre ellos su esposa, su hermano y su hijo, muertos en el bombardeo
israelí contra su casa en Jan Yunis, ciudad situada en el sur de la
Franja de Gaza.
El mundo tiene el derecho a conocer la verdad del
genocidio que allí ocurre, y los periodistas somos responsables de
difundirla y defenderla, para que no sea silenciada por la arremetida
del régimen sionista y sus cómplices.
Nos pronunciamos por que no
mueran más inocentes palestinos, por que se acabe la impunidad con la
que Israel lanza su maquinaria de guerra como bestia salvaje para
arrasar con la ciudad de Gaza, y por que la verdad y la justicia se
impongan ante el mundo y no sean víctimas más de tan horrendo ataque.
Como
seres humanos amantes del bien, de la paz y de la justicia, hacemos
nuestro el dolor de todas las víctimas de este conflicto. A todas las
familias que lo sufren, nuestro más profundo pesar y solidaridad.
A
los colegas del mundo, les instamos a hacer lo que esté al alcance de
nuestra profesión y de nuestros sentimientos humanos para detener la
masacre. Frente a un acto tan desproporcionado y horrible, la
indiferencia, la manipulación, la parcialización o el silencio son
también parte del crimen.
Noviembre 10 de 2023
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