Abiertas las aulas donde se nutre la cultura

Los bailarines Pedro Pablo Domínguez y Carolina Rodríguez

Texto y fotos: Susana Besteiro Fornet

Si usualmente el reinicio del curso escolar viene acompañado de la alegría de los reencuentros y las buenas noticias, ¿cómo es en un sitio donde se vive y se respira el arte? Las 37 escuelas del sistema de enseñanza artística en Cuba abrieron sus puertas para recibir a sus más de ocho mil alumnos de las diferentes especialidades.

El acto central se celebró este lunes en la sede de la Escuela Nacional de Música, encabezado por Ariadna Padrón, directora general de Desarrollo y Formación Artística del Ministerio de Cultura; y Rolando Ortega, director del Centro Nacional de Escuelas de Arte.

Allí se presentaron jóvenes estudiantes de música, danza y circo; junto a maestros de la Cátedra de Música Popular, consagradas figuras de la cultura.

Se recordó en la jornada a Fidel, impulsor principal de la creación del emblemático recinto capitalino; quien entendió, desde los primeros años de la Revolución, el papel fundamental que tendrían el arte y los artistas en el crecimiento de Cuba como sociedad. Fue esta convicción la que permitió que se fundase la Escuela Nacional de Arte (ENA) hace 60 años, celebración acontecida en junio.

Ortega comentó, en un breve encuentro con la prensa, que el estudio del arte no es como el del resto de los centros de aprendizaje; pues exige más recursos y materiales. Señaló el fuerte impacto que ha tenido el bloqueo económico, comercial y financiero de EE.UU. contra Cuba, recrudecido en los últimos años; que ha dificultado adquirir zapatillas para los bailarines, instrumentos para los músicos y cartulinas para las artes plásticas, por mencionar algunos ejemplos.

Aun con estas dificultades, las aulas se llenaron una vez más, con más ganas y empeño que nunca; incluso las del complejo que ocupa la Escuela Nacional de Danza, que recibe una restauración en sus principales espacios que ya cuentan con 58 años de uso continuado.

Ortega destacó también el talento y entrega de los jóvenes artistas cubanos que, aun sin tener todos los recursos, son capaces de triunfar en contextos internacionales; como el dúo de bailarines integrado por Pedro Pablo Domínguez y Carolina Rodríguez, ganadores de la medalla de oro en el 9no. Concurso Internacional de Ballet de Sudáfrica, en dos categorías.

Ya sea el sonido de los pies contra el tabloncillo, el de las cuerdas siendo afinadas, o el olor de la tinta, las aulas donde se nutre la cultura, y con ella el alma de esta nación, tienen su sello característico; marcado por cada una de las generaciones que, año tras año, van desgastando los pasillos de cada edificio, marcando el camino de aquellos que llegarán después.