Sin traicionar un solo átomo de su humildad, este 22 de agosto de 2022 la ya centenaria radio de Cuba –la mía, la nuestra, la de todo un país- debe brindar por su virtud. En ella están el homenaje a los precursores, el respeto a la savia de maestras y maestros eternos, la lealtad inspiradora de las audiencias, la pasión de cada hombre y mujer que la ha abonado hasta hoy.
El medio sonoro palpita en el alma de nuestra gente y es también horcón de su cultura. Se levanta como memoria viva individual y colectiva, una práctica social constructora de sentidos e identidades, hija desde su alumbramiento –al decir de Oscar Luis López en su monumental libro La radio en Cuba- de “una inquietud y vocación de progreso que ha marcado el carácter de nuestra nación”.
Con esos y otros tantos orgullos, y a pesar de restricciones materiales, tecnológicas y financieras, la Radio Cubana encara con audacia el desafío inmenso de la continuidad. En sus venas se curte cotidianamente el compromiso que apunta a una propuesta comunicativa cada vez más dialógica, participativa, competitiva, inclusiva, cercana, emancipadora, democrática, fiel a la patria y su pueblo.
La radio que un día abrió sus micrófonos a Fidel sigue rebelde, y tiene en su verbo suprema inspiración: “Veo muy claro el papel decisivo que tiene la radio en estos momentos...”.
Radialistas de Cuba: ¡Felicidades!
nyr/Tomado Facebook de Onelio Castillo Corderí
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